XV

Eres de prisa y eres de ternura,

hecha del metal mismo de las flores,

alabada por todos los primores

de la estación, raíz de la hermosura.

Vengan y vayan, digan tu finura

las aves por ti todas ruiseñores,

soledades contigo las mejores,

las playas que se mueren de ventura

pensando que tu planta, que la huella

de tu cuerpo la hará por el estío

feliz con sólo echarte reclinada.

¡Ay olor de azucenas que te sella!

¡Ay mi dulce, mi bien, y aquel navio

donde mi dicha viene y va embarcada!