XIV

Por tu cabello un pétalo de jaras.

¿Qué aroma de tomillo de ti crece,

que estando junto a ti no me parece

sino que ando aquel monte en donde avaras

fueron las horas, donde fueron claras

las tardes? Y que ahora se embellece

si lo ando recordándote, y parece

como que estás en él. ¡Ay, si asomaras

al viso, cuánta flor y cuánta ave,

y cuánta flor de nombre no aprendido

se llamaría del tuyo, si te viera!

Que no sabe si vive, que no sabe,

porque te vio una vez y echó en olvido

aquel ser y ser flor que en ti aprendiera.