A UNAS MANOS

Oh flores de marfil, blancas señoras

que del aire ordenáis el movimiento!

¡Oh candelabros, cuyo encendimiento

son diez de luz avispas, digo auroras!

¡Oh caricias del tiempo, que a las horas

hermosura prestáis y sentimiento!

¡Oh alas, cuyos gustos hace el viento

órdenes que obedece voladoras!

¡Oh margaritas de los cinco dedos,

que así tenéis a mi esperanza en vilo,

y a mi amor al umbral del alborozo!

Sobre mi frente vuestros pasos quedos

suelten a la esperanza el claro hilo,

y la razón al viento, de mi gozo.