Creo, amor, que debes afeitarte,
porque ¿qué dirá ella
cuando te vea con semejantes barbas?
El amor ha de ser limpio,
deportivo y alegre
como una mañana de junio.
Ha de saber bien el decálogo,
y no olvidar que el origen de todos los males
duerme en las comisuras de los labios
y despierta como la muerte
cuando menos se espera.