AMOR DE TODAS LAS COSAS [1935]

Amor de tantas cosas bajo el sol como existen,

de troncos y de cuellos, de hombros y de playas,

a los que sólo amor dicen mar y destino.

Amor de cuántos ríos y cuántos horizontes,

de cabellos de niño y cuerpos que descansan,

de lomos de animales, y de huellas recientes,

de árboles y nubes que a los ponientes hablan

con una voz de fuego en las aguas tranquilas.

Amor de tanto amor como no tiene nombre

y tiene residencia en estancias o pechos,

de palabras y labios que se buscan sin suerte,

de besos y de cantos que el aire no recoge,

de tanta mano inútil como el amor ignora.

Amor de tanta frente que se reclinaría

si una peña dijera: ahí está mi ternura,

y de tanta mejilla como la muerte siega

sin que un signo de amor lleve sobre sus pétalos.

Amor de tantos ojos que se abren a esperar,

de tanta rosa inútil que esperando se cierra,

de la lluvia y el alba que aparecen reunidas

cuando el invierno muestra el dedo sobre el labio.

Amor de tanta herida y tanta dulce frente,

de tanto vuelo libre y tanto surco abierto,

amor de la firmeza con que los miembros aman,

de la brisa que viene y el pájaro que vuelca

un arroyo de amor cada vez que enmudece.

Amor, ¡a cuánta cosa y tiempo donde ir!

¡Cuántos juegos en ti en que tocar la vida!

¡Y cuántas mudas aguas en que ver la muerte!