X

El Sol era el pastor único

de una manada de estrellas.

Mientras que el pastor dormía

se escaparon las estrellas

y se fueron a clavar

en lo azul de una moneda.

El buen pastor indignado

las busca y no las encuentra,

arde que te arde —día—.

Ya se han ido las estrellas

silenciosas a clavarse

en lo azul de la moneda.

Noche y día, día y noche,

cara y cruz de una moneda.