Madre, por la calle pasan
carros de Caballería,
vienen cargados de paja.
Me traen sabor de era,
olor de tarde romántica
—¡tardes de agosto,
riberas aún no mojadas!—,
caminito de la era
y color de mies trillada
que vimos ponerse verde,
pálida
después, y luego crujir
al hacerse paja.
¡Tardes de agosto! ¡Caminos
silenciosos de la Infancia!