Dentro de este amplísimo campo semántico, existen voces polisémicas, que bien pueden significar algo fuera de este área, o bien dentro de ella. Al tener dos o más significados, y siempre dentro de contexto, la lectura en ocasiones suscita una preciosa ambigüedad, y si estamos en un poema cuyo contexto es el campo y a la vez el amor, Dios o la belleza, se une el significado de lo que sería el sustantivo concreto con el del abstracto, y es doblemente enriquecedor. O hallamos dos acepciones de sustantivos concretos. Ejemplo: “aspereza” (vid. infra), “derroteros”, etcétera. Y el siempre juego verbal del autor con aquellos sustantivos que en el campo son una cosa y, fuera de él, otra, como los casos de “siempreviva” (la amada y la flor), “trompetas” (las flores —o forma de algunas flores— y la música), “seno”, “entraña”, etcétera.
Muchas de las dobles acepciones provienen, por supuesto, de fenómenos metonímicos, pero lo que importa aquí es la aportación semántica en un contexto concreto de seres, objetos y abstracciones a que nos lleva la palabra poética. Enumeramos algunos de estos ejemplos, ofreciendo sus posibles significados, a sabiendas de que José Antonio Muñoz Rojas los conoce todos. Las definiciones están tomadas de Julio Casares (1994) y de María Moliner (1994):
aspereza: Calidad de áspero; desigualdad del terreno, escabrosidad,
brizna: Filamento o partícula larga y delgada de una cosa; Hebra que tiene en la sutura la vaina de la judía y de otras legumbres,
candela: Vela para el alumbrado; Flor del castaño;
candelera; unidad de medida para la luz; lumbre; claro que deja el fiel de la balanza cuando se inclina a la cosa que se pesa,
celo: Cuidado y diligencia con que se procura el cumplimiento de los deberes; Amor a la gloria de Dios y al bien de las almas; Recelo o envidia; pl., Sospecha de que la persona amada ponga su cariño en otra; Apetito venéreo en los irracionales.
clavo: Barrita de hierro con cabeza y punta, que sirve para fijarla en alguna parte, o para asegurar una cosa a otra; Capullo seco de la flor del clavero; Daño que uno recibe; Dolor agudo, o grave aflicción; Tumor que sale a las caballerías en la cuartilla,
copa: Vaso con pie para beber; Todo el líquido que cabe en una copa; Conjunto de ramas que forman la parte superior de un árbol; Parte hueca y superior del sombrero; pl., Cabezas del bocado del freno.
entraña: Cada uno de los órganos importantes conocidos en las principales cavidades del cuerpo; Lo más íntimo o importante de una cosa; Lo más oculto o escondido; El centro, lo que está en medio; índole o carácter de una persona; etcétera,
hierro: Se trata de un uso metonímico que no siempre se refiere al mundo de la agricultura, aunque en algunos casos el poeta emplea este sustantivo para referirse al arado (aquí el fenómeno metonímico), como ocurre en el soneto II de Abril del alma (en Rayo sin llama se refiere, sin embargo, a la herradura del caballo: «¡Corazón prisionero y emigrado, que con cada latido el hierro labra, y que convierte en sueño cuanto toca!»).
hocino: Instrumento cortante, compuesto de un hierro corvo con mango, que se usa para podar y cortar leña; El que usan los hortelanos para trasplantar; Terreno que dejan las angosturas de las faldas de las montañas o los valles estrechos, cerca de los ríos o arroyos; pl., Huertecillos que se forman en dichos parajes; Angostura de los ríos entre dos montañas,
lecho: Cama para descansar y dormir; Cama para el ganado; Cama de los carros; Madre de río, cauce,
lozanía: Fuerza, verdor y frondosidad en las plantas; En los hombres y animales, viveza y gallardía; Orgullo, altivez,
mayo: Quinto mes del año; Árbol o palo alto, convenientemente adornado que se pone en un lugar público en que han de celebrarse fiestas, danzas, etcétera; Ramos que ponen los novios a las puertas de sus novias; pl., Músicas y cantos con que obsequian los mozos a las solteras.
misión: Poder que se da a una persona para desempeñar algún cometido; Porción de víveres que se da a los segadores como remuneración.
orilla: Ribera, límite de la tierra, que la separa del mar, lago, río, etcétera; Vientecillo fresco,
palma: Palmera; Cualquiera de las plantas monocotiledóneas, siempre verdes, de tallo leñoso, sin ramas, coronado de grandes hojas que se parten en lacinias; Parte interior y algo cóncava de la mano, desde la muñeca hasta los dedos; Gloria, fama, triunfo,
remanso: Detención o suspensión de la corriente del agua u otro líquido; Pachorra, lentitud,
remo: Instrumento de madera, en forma de pala larga y estrecha, que sirve para mover las embarcaciones haciendo fuerza en el agua; Brazo o pierna, en el hombre y en los cuadrúpedos; pl., En las aves, cada una de las alas,
renuevo: Renovación; Vástago que echa el árbol después de podado o cortado.
saeta: Asta delgada y ligera, con punta de hierro que, disparada con el arco, sirve de arma arrojadiza; Punta del sarmiento que queda en la cepa cuando se poda; Copla breve y fervorosa que se canta al paso de las imágenes en algunas procesiones religiosas,
seno: Concavidad o hueco; Pecho (cuerpo humano); Cualquiera de las concavidades interiores del cuerpo del animal; Regazo,
trasplantar: Mudar un vegetal del sitio donde está plantado a otro,
trompeta: Instrumento músico de viento; (trompeta) de amor: Girasol.
vado: Paraje de un río con fondo firme y poco profundo, por donde se puede pasar andando, cabalgando o en carruaje; Solución, curso, remedio o alivio de algún mal o dificultad; Tregua, interrupción,
vena: También este sustantivo plantea una doble lectura en el caso de Muñoz Rojas: en el soneto I de Abril del alma leemos: “…y la gloria / del viento en los cabellos, y en la vena / este rumor de sangre y de colmena…”. Esa vena que el poeta escoge para este verso, acoge dos significados que se funden y complementan: por una parte, el significado del campo semántico de la agricultura, que según María Moliner sería doble (“Filamento de tejido conjuntivo de los que surcan las hojas vegetales formando un reticulado” y “Conducto subterráneo natural por donde corre agua”; de este último tenemos un derivado precioso, “venero”); por otra, el significado del campo semántico del cuerpo humano (en María Moliner, “Cada uno de los vasos por donde vuelve la sangre al corazón después de haber bañado los tejidos”).