Últimamente, intimar con tu enemigo jurado está causando furor.
A estas alturas, todo el mundo conoce la historia de la aventura secreta entre Aria Rose y Thomas Foster: cómo desafiaron a sus padres y se enamoraron. Pero, a diferencia de Romeo y Julieta, este par de amantes de Nueva York van a tener su final feliz: una boda a finales del verano, justo después de las elecciones del 21 de agosto, en las que el hermano mayor de Thomas, Garland Foster, se enfrenta a la mística registrada Violet Brooks.
Los tortolitos se han mostrado parcos en detalles, lo que nos lleva a todos a preguntarnos: ¿cómo se conocieron? ¿Cómo convencieron a sus padres —cuya rivalidad política se remonta a principios del siglo XIX— de que les permitieran estar juntos?
«El amor prohibido viene existiendo desde el principio de los tiempos —declara el profesor Jinner de la Universidad West—. Es un tema recurrente desde las primeras obras teatrales y los primeros libros.»
Entonces, ¿por qué está todo el mundo tan obsesionado con Aria y Thomas?
«Tengo catorce años y no he estado en el East Side en mi vida —dice Talia St. John, cuya familia apoya a los Rose—. Pero ahora mi madre dice que podemos ir. Probablemente hay muchísimos chicos guapos allí, ¡y voy a poder conocerlos! Todo está cambiando, y me gusta.»
Bien dicho, Talia.
Pero, en serio, la unión entre Aria Rose y Thomas Foster borrará la línea invisible que ha dividido nuestra ciudad durante años. Y la mayoría de la gente considera esto como algo positivo.
A Aria y a Thomas, habituados a los flashes de los paparazzi, se les ha fotografiado con frecuencia tanto en el East Side de Manhattan como en el West Side.
«Están demostrando que dos personas pueden marcar la diferencia de verdad», asegura Talia.
Y afrontemos la verdad: a nadie le hace daño el hecho de que los dos sean guapísimos.
Thomas, con su aire de estrella del cine, ha hecho desmayarse a las chicas de toda la ciudad durante años. Y Aria tiene los rasgos clásicos de una princesa de cuento de hadas.
Además, parecen enamorados de verdad. El mero roce de la mano de él en la espalda de ella demuestra lo pillado que está el antiguo soltero de oro de Manhattan por la futura novia.
Quizá resulte aún más remarcable el número de parejas de las Atalayas que han reconocido mantener sus propios romances condenados por las estrellas: antiguos partidarios de los Rose y los Foster que se han unido, dejando de lado sus diferencias pasadas para luchar juntos contra la amenaza mística.
«Nunca pensé que pudiéramos casarnos —dice Fraklin Viofre, un simpatizante de los Rose que ha estado manteniendo una aventura en secreto con Melissa Taylor, partidaria de los Foster—. Pero ahora que Thomas y Aria están demostrando a todo el mundo que no pasa nada, le he pedido en matrimonio. ¡Y ha dicho que sí!»
No todo el mundo está contento con los cambios, por supuesto. Se han producido pequeñas protestas en ambos lados entre aquellos que tratan de mantener las cosas como siempre han estado: separadas. «Nada bueno puede salir de esta unión —dice una fuente anónima cercana a los Foster—. Acuérdense de mi palabras.»
Solo el tiempo lo dirá. Pero, por ahora, celebrémoslo.
Del Manhattan View,
columna electrónica de las Atalayas.