Sobre la denominación de emigrantes

Siempre me pareció falso el nombre que nos han dado: emigrantes.

Pero emigración significa éxodo. Y nosotros

no hemos salido voluntariamente

eligiendo otro país. No inmigramos a otro país

para en él establecernos, mejor si es para siempre.

Nosotros hemos huido. Expulsados somos, desterrados.

Y no es hogar, es exilio el país que nos acoge.

Inquietos estamos, si podemos junto alas fronteras,

esperando el día de la vuelta, a cada recién llegado,

febriles, preguntando, no olvidando nada, a nada renunciando,

no perdonando nada de lo que ocurrió, no perdonando.

¡Ah, no nos engaña la quietud del Sund! Llegan gritos

hasta nuestros refugios. Nosotros mismos

casi somos como rumores de crímenes que pasaron

la frontera. Cada uno

de los que vamos con los zapatos rotos entre la multitud

la ignominia mostramos que hoy mancha a nuestra tierra.

Pero ninguno de nosotros

se quedará aquí. La última palabra aún no ha sido dicha.