Nota del autor

En Cuba, nunca acusé ni fui acusado legalmente. Nunca asistí a un juicio. En materia de leyes y procedimientos, conozco lo indispensable, que me enseñaron dos amigos abogados; pero sobre las relaciones entre la policía, el fiscal y los tribunales, seguramente he cometido algunos errores que disienten de la práctica habitual entre juristas y delincuentes, más familiarizados con la ley. A todos ellos mis disculpas anticipadas.