Hector decía que la corbata tenía otro sentido. El mismo sentido que el collar que se le pone a un perro. Indicaba que formando parte de algo eras más de lo que nunca llegarías a ser por ti solo. Hector decía que el uniforme era una manera de igualarnos a todos, de convertirnos en simples números, número ordenados con forma de libros para ser registrados en un libro. Hector no era ningún número ordenado y es posible que lo hubieran borrado del mapa, pero de eso no puedo estar seguro. Lo único que yo sabía con seguridad era que Hector tenía razón. Llevar la corbata anudada significaba supervivencia.
Me dirigí angustiado hacia el despacho del director: la corbata deshecha, la camisa mal abotonada, los cordones de los zapatos atados de cualquier manera. Un desastre todo yo.