RAPTO DE LA CATEDRAL DEL CUZCO

I

Veníamos en nuestros Harrier desblindados

en descenso vertical continuo

volando parados de frente

desde donde las cavernas del firmamento

absorbían corrientes curvas

de otras mentes más desapercibidas

Veníamos a llevarnos la catedral del Cuzco

a alta mar la mansión de Dios subida arriba

de nuestro portaaviones El Caravaggio

Cuarenta anclas con cadenas de espesor

comenzaron a arrastrar la catedral

mientras la levantábamos con los Harrier

por ocho costados desde los cimientos

para que pesara como un Lipchitz

Y mientras la sacábamos del Cuzco a remolque

íbamos dejando un cráter de ancho rastro

que cabía una doble fila de ríos jordanes

hasta que metimos la catedral al mar

rodeada de boyas

y ayudados por esclusas contra mareas

la subimos a cubierta para zarpar

Y por durante la mañana de anoche

con la catedral ya arriba de El Caravaggio

y con el mar soltando las amarras

entramos los Harrier a la nave central

y los hacíamos volar por dentro

y pasearse en el aire y como muy educados

haciéndoles visitas a los santos.