VIDA Y OCIO

Podríamos bajar la línea de flotación

de nuestro portaaviones El Tintoretto

Hasta que la rampa de salto al vacío

tocara el mar

y se convirtiera en playa de desembarco

a mar traviesa

Estábamos ya mórbidos de bombardeos

y de irnos de injurias con los sacrosantos

que acordamos dar comienzo a la batalla

a nado de mil clonas con hombres

que se tiraban al agua mil por lado

y con jesúses atados a la espalda

para que guerrearan de pie sobre el mar

Vivíamos en la curvatura de los confines

Los hunos sacaban sus cañones con bañeras

y nosotros montados en claraboyas venecianas

que parecíamos un estruendo de zozobras

Las olas se subían y bajaban con sogas

y los portaaviones usados como mesetas

Sólo se daban golpes altos a la mente

y los polvos a las ostras estaban vedados

Ma para darle más arrobo a los espíritus

los Harrier iban remolcando el mar

iban en vuelo de traslación curvando subidas

y dando bamboleos retroactivos ingrávidos

que hasta podían soltar las alas en el aire

y volver a ponérselas más arriba.