126. Algunos nacen grandes

Richard Feynman [89] era un joven físico cuyo talento prodigioso ya había sido reconocido cuando fue convocado a una reunión en la Universidad de Princeton donde aún estaba terminando su tesis doctoral. Esta marcó el comienzo del Proyecto Manhattan para construir la bomba atómica. Así es como, cuarenta años más tarde, recordaba una de las primeras discusiones.

Una de las primeras experiencias interesantes que tuve en este proyecto en Princeton fue el conocer a grandes hombres. Nunca antes había conocido a muchos de ellos. Pero había un comité de evaluación que tenía que tratar de apoyarnos, y que nos ayudó finalmente a decidir qué vía íbamos a seguir para separar el uranio [extraer la muy pequeña proporción del isótopo fisionable [149]]. En el comité había hombres como [A. H.] Compton, [R. C.] Tolman, [H. D.] Smyth, [H. C.] Urey, [I. I.] Rabi y [J. R.] Oppenheimer. Yo asistía porque entendía la teoría de nuestro proceso de separación de isótopos, y ellos me hacían preguntas y hablaban sobre el tema. En estas discusiones alguien señalaba un punto. Entonces Compton, por ejemplo, exponía un punto de vista diferente. Decía que debería ser de tal forma, y era completamente correcto. Otro tipo decía, bien, quizá, pero hay otra posibilidad que tenemos que considerar frente a esa.

Así que todo el mundo discrepa, todos alrededor de la mesa. Yo estoy sorprendido y perturbado porque Compton no repite y recalca su punto. Finalmente, Tolman, que es el presidente, diría: «Bien, habiendo oído todos los argumentos, pienso que es cierto que el argumento de Compton es el mejor de todos y ahora tenemos que seguir adelante».

Para mí fue una conmoción ver que un comité de hombres podía presentar todo un conjunto de ideas, mostrando cada uno una nueva faceta y recordando al mismo tiempo lo que los otros colegas decían, de modo que, al final, se tomaba una decisión acerca de qué idea era la mejor —resumiéndolas todas— sin tener que repetirlas tres veces. Estos eran realmente hombres muy grandes.

De Richard Feynman, Edward Hutchings, ed., Surely You’re Joking Mr. Feynman! Adventures of a Curious Character (Norton, Nueva York, 1985). [Hay traducción española, véase [89]].