75. Afortunado encuentro furtivo

Max Born [73], uno de los fundadores de la teoría cuántica, fue expulsado de su cátedra en Gotinga después de que el gobierno nazi promulgara sus leyes raciales en 1933 y, finalmente, encontró amparo en Edimburgo. Fue un encuentro fortuito con Rutherford [16] el que le abrió esta vía de escape:

En 1927 había acudido a un congreso internacional en Como. Durante una conferencia que no encontró interesante, y mientras estaban mostrando algunas diapositivas, aprovechó la oscuridad para escabullirse del auditorio. Cuando comprobaba el pasillo exterior para asegurarse de que nadie le había visto observó a otra persona que salía sigilosamente por otra puerta y comprobaba también que no había nadie alrededor. Era Rutherford, quién se rio y dijo a Born: «Tampoco usted lo puede aguantar, demos un paseo por el lago». De este modo pasaron el resto del día y este fue el inicio de su amistad que llevó a Rutherford a invitar a Born a Cambridge en 1933. Más tarde, Born se trasladó de Cambridge a Edimburgo. Esta historia es un simple ejemplo de cómo el azar decidió el destino de muchos en estos tiempos difíciles.

Según George Gamow [81], una de las primeras cosas que encontró el ya traumatizado ojo de Born cuando bajó del tren con su equipaje en Cambridge, fue un cartel proclamando Born para ser colgado[13]. Hubo que explicarle que esto era simplemente un anuncio de una obra en un teatro local.

De Niels Bohr: Memoirs of a Working Relationship por Stefan Rozental (Christian Ejlers, Copenhague, 1998).