40. El profesor colgante

En la expedición de Ernest Shackleton a la Antártida en 1908 participaron dos intrépidos geólogos que se proponían determinar la posición del polo sur magnético. Ellos eran Edgeworth David, profesor en la Universidad de Sidney, y Douglas Mawson, más tarde catedrático de Geología en Adelaida. En pos de su presa atravesaron glaciares e hicieron observaciones de las formaciones locales. He aquí como describió Mawson lo que sucedió un día, una vez que habían montado la tienda. David tomó su cuaderno de dibujo y fue a registrar el perfil de una hilera de colinas mientras Mawson se quedaba en la tienda para cambiar las placas fotográficas en el cargador de su cámara. Para hacerlo se acurrucó en su saco de dormir con toda la parafernalia fotográfica y estaba trabajando con dificultad cuando

Oí una voz del exterior —una voz suave— que llamaba:

«Mawson, Mawson».

«¿Qué hay?», dije.

«Oh, estás en el saco cambiando las placas, ¿es así?».

«Sí, profesor».

Hubo silencio durante un rato. Luego oí al profesor llamando en tono más alto:

«¡Mawson!».

Respondí otra vez. Bien, el profesor oyó por el tono que yo estaba aún en el saco, así que dijo:

«Oh, ¿aún estás cambiando las placas?».

«Sí».

Más silencio durante un rato. Al cabo de un minuto, en un tono bastante alto y ansioso:

«¡Mawson!».

Pensé que pasaba algo, pero no podía adivinar lo que él quería. Me estaba cansando de ello y grité:

«¡Eh! ¿Qué pasa? ¿Qué puedo hacer?».

«Bueno, Mawson, estoy en una posición más bien peligrosa. En realidad estoy colgando de mis dedos en el borde de una grieta y no creo que pueda aguantar mucho más tiempo. Tendré que molestarte para que salgas y me ayudes».

Salí lo más rápidamente que pude. Allí estaba el profesor, asomando sólo su cabeza y colgando del borde de una grieta peligrosa.

El profesor fue izado y la expedición continuó al día siguiente escalando dos glaciares y haciendo quince kilómetros al día con su trineo. Mawson dedujo de la variabilidad de la brújula que ahora estaban prácticamente encima del polo magnético, pero David decidió que deberían continuar hasta la posición estimada, es decir, a otros 25 kilómetros de distancia. Tras un día de marcha forzada plantaron su tienda. Entonces, a la mañana siguiente:

Nos levantamos a las seis a.m. y después de desayunar empujamos nuestro trineo durante tres kilómetros. Luego dejamos nuestro equipo pesado, empujamos durante otros tres kilómetros y plantamos las patas de la brújula vertical para que nos guiara en nuestro regreso, pues la brújula que se movía en un plano horizontal era ahora inútil para señalarnos el camino. Tres kilómetros más allá plantamos las patas del teodolito y tres kilómetros después montamos nuestra tienda e hicimos una comida ligera. Luego caminamos ocho kilómetros en la dirección del polo magnético para situarnos en la posición media calculada para el mismo por Mawson, 72o 25' latitud sur, 155o 16' longitud este. Mawson colocó su cámara para coger a todo el grupo y preparó un disparador que podía activarse mediante una cuerda que sosteníamos con nuestras manos para hacer la exposición por medio de un obturador de plano focal. Mientras, Mackay [botánico y tercer miembro de la partida] y yo plantamos el mástil de la bandera. Entonces nos descubrimos e izamos la Union Jack a las 8.30 p.m. con las palabras que yo mismo pronuncié, de conformidad con las instrucciones del teniente Shackleton. «Por la presente tomo posesión para el Imperio Británico del área que ahora contiene el polo magnético». Al mismo tiempo activé el disparador de la cámara tirando de la cuerda. Luego dimos tres vivas por Su Majestad el rey.

Probablemente hoy día no se vería nada igual a la conclusión de una búsqueda científica semejante.

Véase A Geological Miscellany, G. Y. Craig y E. J. Jones, eds. (Orbital Press, Oxford, 1982; Princeton University Press, Princeton, 1985).