CACHO 21
MODAS NAVIDEÑAS

La Navidad es tremenda. Como celebración religiosa está muy bien, pero nada más. Como periodo de vacaciones con fiestas obligadas es muy agobiante. Para los cursis, que todo lo llevan al plural, son «las navidades», como «los mundiales de fútbol» o «las olimpiadas».

—Fueron preciosas «las olimpiadas» de Barcelona —le comentó Fofo Montojón a su chaleco salvavidas naranja mientras hacía «rafting» por un río Deva completamente seco.

—Sí, preciosas —le respondió el chaleco salvavidas naranja de al lado.

Un tercer chaleco salvavidas, también naranja pero más instruido, tomó la palabra:

—¿Por qué decís «olimpiadas» y no «Olimpiada», que es lo correcto?

Un cuarto chaleco apostilló.

—Estás equivocado. Lo correcto es «olimpiadas», igual que «navidades».

Y Fofo Montojón sonrió satisfecho.

En inglés, como casi todo, «Navidad» se dice de otra manera, y se escribe distinto. Se escribe «Christmas» y se pronuncia «crismas». Los ingleses son muy especiales y menos a la coliflor, que la llaman «coliflower», en el resto no hay nada que hacer. Para que se hagan ustedes una idea valga la siguiente muestra. El mar, para ellos, es el «Sea». Y «Cien», «hundred». La consecuencia de todo esto es que la Navidad es «christmas», y que la gente que siempre ha celebrado la Navidad, ahora festeja otra cosa.

—¿Qué vais a hacer por «crismas»? —Nos vamos a Sierra Nevada, a ver si nos rompemos alguna pierna.

—Nosotros preferimos rompérnosla en Baqueira, porque en Sierra Nevada ya nos la rompimos en los pasados «crismas».

—En Baqueira lo que tratan fenomenal son las clavículas. Alucinas.

—Sí, pero en cambio las caderas lo hacen fatal.

—Para caderas, Megéve y Gstaad.

—No estoy de acuerdo. En Megéve no lo sé, pero en Gstaad lo que tratan de maravilla son los coxis.

—Pues precisamente mi señora tiene el «cosis» muy delicado. Se le descalcificó cuando nació Samantha.

Pues ya sabes lo que tienes que hacer. Te la llevas a esquiar a Gstaad, y cuando se rompa el coxis y en un pispás se lo arreglen, te acordarás de lo que te digo.

Pues nada, ea. Feliz entrada y salida y que no os rompáis demasiadas cosas.

Lo mismo digo; ponme a los pies de tu señora.

—Vale, ea.

Pero aquí no terminan «las navidades».