Exceptuando el uso aragonés del término en su vertiente cariñosa y a las «Majas» de Goya —igual la vestida que la desnuda—, los calificativos de «majo» y «maja» están a un paso del desprestigio total. Lo mismo que un jardín no puede ser «interesante» ni «divertido», un coche no tiene ningún derecho de ser «majo». «Mira qué automóvil más majo me he comprado», le dijo a su mejor amigo Ceferino Cuto, alias Ce f e, propietario del Gran Salón Chateaubriand —bodas, bautizos, «comuniones» y banquetes—, de Villanueva de la Angustia, mientras le mostraba su nuevo Mercedes de color blanco. Un coche no puede ser majo, como tampoco un trabajo —«me he agenciado un trabajillo muy majo»—; un niño o niña —«es una nena de lo más maja»—, o un aparato de televisión —«es el televisor más majo de toda la gama»—. Insisto en que, excepto en Aragón, y por aquello del respeto a la tradición y las costumbres, lo «majo» derrumba.
Y si «majo» no es admisible, qué decir de «majete». «Bonito chalet, Cefe». «Sí, es muy majete». «Las escaleras son preciosas». «Sí, son majísimas». «Y muy práctica la barbacoa de obra en el porche». «Es que organizamos unas barbacoas muy majas los domingos». «Impresionante el bar del salón principal». «Sí, ha quedado majo, pero hubiera preferido la barra más recogidita». «De todas formas, es muy íntima». «Sí, pero más recogidita sería más maja». «Enhorabuena, Cefe». «Gracias, majo».
Y lo peor, «majote». Se permite la agresión a traición contra todo aquel ciudadano o ciudadana que se atreva a calificar algo como «majote». «Su hijo ha sacado muy buenas notas». «Muchas gracias, profesor». «No me las dé a mí; el chaval es muy trabajador y de lo más majote». «¿Y qué hacemos con él, profesor?» «Pues matarle como Dios manda».
Porque a un hijo «majote» hay que quitárselo de encima antes de que sea demasiado tarde. Y entiendo que puedo parecer intransigente, pero la vida es, en ocasiones, un negro calvario que hemos de superar. Un hijo «majote» se convierte en un joven «machote», y un joven «machote», cinco años después, es un gilipollas. Y se puede ser un gilipollas a secas, pero no un gilipollas ordinario. La mezcla es explosiva.