GERDA STEINHOFF

Esta supervisora de campamentos de prisioneros nazis nació el 29 de enero de 1922 en Danzig-Langfuhr, uno de los municipios ubicados al norte de la ciudad polaca de Gdansk. Desde entonces y hasta la invasión alemana de Polonia en 1939, nada se supo sobre su vida personal. No se le conocen progenitores o hermanos, tampoco el nombre de los colegios donde estudió. La pista sobre Steinhoff aparece cuando el Tercer Reich inicia su demoledora ocupación en poblaciones polacas. Es en aquella época cuando descubrimos datos especialmente reveladores.

Contrae matrimonio con un conductor de tranvía y tiene un hijo —de los que jamás se supo nada—, y trabaja primero como sirvienta en Tygenhagen, después como panadera en Danzig para acabar convirtiéndose en cocinera.

Varios años al frente de la restauración en diversos negocios de hostelería le llevan a entablar amistad con algunos de los soldados nazis destinados en la zona de Danzig-Langfuhr. De este modo se entera de que están buscando nuevos simpatizantes que ayuden en las tareas de supervisión de los centros de internamiento y decide alistarse.

El 1 de octubre de 1944 Gerda Steinhoff —cuyo apellido presumiblemente lo asumió tras la boda— se convierte en Blockführerin del campo de mujeres SK-III en Stutthof. Allí se responsabiliza de vigilar diariamente a los internos, supervisar el trabajo que hacían y distribuir las raciones de comida. Era responsable de un total de 400 presas. Aquí la joven guardiana se encargó de seleccionar a miles de prisioneros para ser enviados a las cámaras de gas.

Treinta días más tarde sus superiores deciden promocionarla como SS-Oberaufseherin y acaban asignándola el campo satélite de Danzig-Holm, desde donde daría órdenes tanto a confinados como a otras supervisoras.

Como vemos, Steinhoff fue recompensada rápidamente en el centro de internamiento con un elevado puesto dentro de la jerarquía nazi. Aquello le costó las envidias de muchas de sus camaradas que veían en ella a una enemiga. Y no era para menos. El 1 de diciembre de 1944 le reasignan a otro subcampo femenino de Stutthof conocido como Bromberg-Ost y que estaba localizado en Bydgoszcz, no muy lejos de Gdansk. Hacia el 25 de enero de 1945 y según órdenes directas del comandante Werner Hoppe, Steinhoff recibe la Cruz de Hierro por su lealtad y servició al Imperio germano, por sus grandes esfuerzos en tiempos de guerra.

Aquella condecoración debería de haber sido a la crueldad impartida hacia sus inferiores, porque desde su llegada a Stutthof sus bruscos ademanes y su depravada perversión se difundieron a lo largo y ancho de este campo y de los demás campamentos alternativos.

Gerda llevó hasta el extremo su devoción por el trabajo «bien hecho». Palizas, vejaciones, sacrificios, flagelaciones, asesinatos a sangre fría. Esta clase de atrocidades se hicieron cada vez más necesarias para poner orden e infundir respeto. Cuando el juez le preguntó durante el proceso judicial si había golpeado alguna vez a algún prisionero, Steinhoff simplemente respondió: «llevaba la oficina de todo el campo pero no tenía contacto directo…».

Cuando el 9 de mayo de 1945 el campo de concentración de Stutthof fue liberado, no había rastro alguna de la susodicha. Días antes había decidido regresar a su hogar y continuar con su vida. Por suerte, el 25 de mayo fue arrestrada por funcionarios polacos y enviada directamente a la prisión de Danzig. Permaneció recluida durante un año a la espera de la celebración del juicio: el renombrado StutthofTrial.

Tras la liberación de este campo de concentración y por culpa de la cantidad de detenidos que había, se tuvieron que realizar cuatro juicios. Se juzgaron a 84 exfuncionarios nazis.

La primera de estas vistas se celebró en la misma localidad de Danzig del 25 de abril al 31 de mayo de 1946. Durante ese mes se sentenciaron a un total de trece personas, incluida Gerda Steinhoff, quien no paraba de hacer bromas y de comportarse con una actitud de lo más insolente.

El día del veredicto fue declarada culpable y condenada a morir en la horca por abusar sádicamente de los prisioneros y por su participación en las selecciones.

Fue ajusticiada públicamente el 4 de julio de 1946, en Biskupia Gorka Hill, cerca de Gdansk. Tenía 24 años.