En contra de lo que había esperado la tripulación, las hordas de no muertos no salieron a recibir al George Washington en aquel soleado día de Florida en el que embarrancó en los Cayos. Mucho antes de la espectacular llegada del portaaviones, un contingente de milicias de civiles armados había restablecido el control sobre Cayo Hueso. Tuvieron que echarle ingenio pero, al cabo de poco tiempo, los ingenieros nucleares que quedaban lograron restablecer el flujo eléctrico en la isla mediante los dos formidables reactores nucleares Westinghouse del portaaviones. Una red de trueque y los inicios de una sencilla economía empezaban a emerger en las islas.
Como el complejo equipamiento de mensajería por ráfagas de datos que transportaba el portaaviones había quedado averiado sin esperanza de reparación, las comunicaciones con la Fuerza Expedicionaria Fénix del Hotel 23 se interrumpieron para siempre. En el curso de una reciente misión de reconocimiento sobre el Hotel 23, una escuadrilla de Warthogs había informado de una flecha que apuntaba hacia el este desde la base. Buscaron por la zona hasta que les faltó combustible, pero no descubrieron ninguna traza de Fénix. Aunque todavía se considerara una operación de prioridad uno, el rescate de los operativos de Fénix iba a ser, como mínimo, una tarea onerosa.
El Virginia tomó un desvío hacia el norte, hacia las costas de Rusia, y atravesó el estrecho de Bering. Después de una seria discusión, Larsen y Kil acordaron que la vida humana era demasiado valiosa como para permitir que se perdiera, sobre todo en un momento en el que los humanos ya se veían superados en número. El Virginia transportaba suficiente combustible nuclear en el reactor como para dar la vuelta al mundo varias veces y seguía bien aprovisionado cuando rompió los hielos del Ártico a un par de centenares de metros de Crusow, Kung y sus perros de trineo. El Sno-Cat se les había averiado dieciséis kilómetros antes, porque el biocombustible de mala calidad había echado a perder el motor. Por suerte, los perros habían tenido fuerzas suficientes para llevarlos hasta el punto de encuentro en el sur. Hacía casi veinticuatro horas que esperaban junto con los perros, dentro de un improvisado iglú, cuando la torreta del Virginia quebró el hielo, cerca del lugar que habían encontrado mediante la señal de socorro de Crusow.
Corría el mes de febrero cuando el Virginia, junto con un submarino de misiles balísticos chino, llegó a Cayo Hueso. El que en otro tiempo había sido superviviente solitario abrazó a su amor en los muelles; el capitán mandó que desembarcase primero el único futuro padre que viajaba en el submarino. El embarazo de Tara ya era evidente, y Kil exultaba de alegría, al tiempo que le acariciaba el vientre con gentileza. Mientras abrazaba con fuerza a Tara, le pareció ver que John se había acercado a Jan, quizá demasiado. Kil les sonrió y los otros le hicieron un gesto con la mano. Jan agarró a Laura por la parte de atrás del cinturón cuando la niña se echaba a correr y llamaba a gritos a tío Kil.
Dean seguía dando clases en los Cayos y mantenía ocupados con el estudio a Danny, Laura y otro centenar de jovencitos. La lectura, la escritura, la aritmética y los valores constitucionales habían reemplazado el diluido programa que se impartía antes del retorno de los muertos. La pala de madera de Dean era muy eficaz para reprimir las travesuras infantiles.
Se creó en la isla una nueva fuerza expedicionaria con la misión de transportar los materiales conseguidos por Clepsidra a diversas bases del gobierno en funciones para que se procediera a su estudio. Corrió la habladuría de que una cabeza nuclear que viajaba en el submarino chino se había modificado y reconfigurado con una nueva carga, pero nadie lo sabía de verdad. En una pequeña comunidad insular como era aquella, los rumores corrían como un incendio forestal. Raramente eran ciertos.
Kil, John, Saien y el resto de los inquilinos del Hotel 23 pasaban mucho tiempo juntos; a veces jugaban a cartas, e incluso salían juntos de noche al único bar de la isla. John se encargaba de las comunicaciones por radio entre los Cayos y Saien ayudaba en las torres de vigilancia, y abatía a tiros a los no muertos que casualmente llegaban a las costas.
Un mes antes de que Tara tuviese al niño, Kil negoció la adquisición de una gran embarcación de vela. Pagó por ella un AK-47 chino, cuatro cargadores y quinientos cartuchos. Los propietarios de la embarcación, una pareja de ancianos que no tenía previsto marcharse jamás de los Cayos, aceptó en seguida el trueque. La embarcación estaba diseñada para navegar durante varios meses seguidos, con sistemas automatizados, energía solar, y otros singulares elementos. Kil no sabía a dónde irían, pero sí tenía claro que no quedaba ningún lugar seguro. Ni siquiera aquella isla paradisíaca.
Kil cargó todas sus pertenencias en la embarcación antes de que su bebé naciera; y luego se llevó a bordo todo lo que amaba.
INICIO DE TRANSMISIÓN DE TEXTO.
LUZ DE KLIEG SERIE 221.
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ALTO SECRETO // SAP HORIZONTE.
BT.
TEMA: ESTUDIO DE LOS MATERIALES SUSTRAÍDOS DE LAS INSTALACIONES DE TIANJIN.
OBSERV: DURANTE EL AÑO QUE HA PASADO DESDE EL RETORNO DE CLEPSIDRA, LOS CIENTÍFICOS DEL GOBIERNO EN FUNCIONES HAN DADO PASOS SIGNIFICATIVOS EN EL ESTUDIO DE LOS MATERIALES SUSTRAÍDOS DE MINGYONG. DESPUÉS DE NUMEROSAS PRUEBAS DE ADN REALIZADAS EN LOS RESTOS DE CHANG QUE SE PUDIERON RECUPERAR, HEMOS LLEGADO A LA CONCLUSIÓN DE QUE CHANG ERA HUMANO, SI BIEN MODIFICADO / EVOLUCIONADO GENÉTICAMENTE. LA INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS ALMACENADOS EN LOS CUBOS MEDIANTE LA EXTRAPOLACIÓN DE ESTRUCTURAS LINGÜÍSTICAS PROBABLEMENTE CHINAS NOS HA PERMITIDO LLEGAR A ESTIMACIONES RAZONABLES DE LA CRONOLOGÍA DEL ORIGEN DE CHANG, ASÍ COMO OTRAS REVELACIONES RELACIONADAS CON LA ANOMALÍA DE MINGYONG.
LAS PRUEBAS CONTROLADAS EN EL ESPÉCIMEN DE NEVADA Y LOS DATOS RECUPERADOS HAN MOSTRADO QUE LA ANOMALÍA DE MINGYONG ES ACTIVA / EFECTIVA AL NOVENTA Y SIETE POR CIENTO AL INFECTAR FORMAS DE VIDA EXTRATERRESTRES, MIENTRAS QUE SÓLO ES ACTIVA / EFECTIVA AL CUARENTA Y CUATRO POR CIENTO AL INFECTAR HUMANOS. SE CONFIRMÓ LA PRESENCIA DE TRAZAS DEL MATERIAL MINGYONG DE CHANG EN LOS NÚCLEOS DE HIELO EXTRAÍDOS DE ESTRATOS DE 20.000 AÑOS DE ANTIGÜEDAD. EL HALLAZGO SUGIERE QUE LA ESCASA POBLACIÓN BÍPEDA DE LA TIERRA DE ESA ÉPOCA, COMBINADA CON LAS CONFIGURACIONES DE ADN MENOS EVOLUCIONADAS, MITIGÓ LOS EFECTOS DE LA ANOMALÍA HASTA CASI ALCANZAR EL CERO. LA ANOMALÍA DE MINGYONG FUE RECHAZADA, SE DESACTIVÓ A SÍ MISMA Y QUEDÓ SEPULTADA BAJO SIGLOS DE ESTRATIFICACIÓN. LAS TRAZAS DE MINGYONG RECOBRADAS A PARTIR DE LAS MUESTRAS CONFIRMAN QUE LA ANOMALÍA [TAL VEZ UNA BIOARMA AVANZADA PARA EL FUTURO] NO SE CONCIBIÓ PARA SOBREVIVIR SIN UN HUÉSPED ADECUADO (CHANG). NI UN RECEPTÁCULO ADECUADO CONCEBIDO POR SU PROPIO CREADOR. CONTENEDORES RECUPERADOS: SE CONFIRMA QUE EL BALÓN ROJO DE TIANJIN, MUY DAÑADO EN LA CATÁSTROFE ENERGÉTICA QUE PROBABLEMENTE ABATIÓ LA NAVE DE CHANG, POSEE TRAZAS HIPERCONCENTRADAS DE LA ANOMALÍA DE MINGYONG.
EL CONTENEDOR AZUL NO DAÑADO DE TIANJIN HA SIDO OBJETO DE INVESTIGACIONES Y DEBATES DE GRAN INTENSIDAD, DESPUÉS QUE SE DESCUBRIERAN DATOS QUE CONTRIBUÍAN A LA COMPRENSIÓN DEL CONTENEDOR ROJO DAÑADO. SE ESTÁN REALIZANDO ESFUERZOS EXCEPCIONALES PARA DESARROLLAR UN MÉTODO VIABLE PARA LA DETONACIÓN EN EL AIRE. CON TODO, LA REALIZACIÓN DE PRUEBAS AÚN NO HA SIDO AUTORIZADA. OTROS DATOS CONSEGUIDOS EN LA BASE DE TIANJIN ESTÁN DISPONIBLES MEDIANTE CANALES INDEPENDIENTES PARA LA TRANSMISIÓN DE INFORMACIÓN CLASIFICADA.
BT.
ALTO SECRETO // ECI // SAP HORIZONTE.
FIN DE LA TRANSMISIÓN.
BT.
AR.