Base Cuatro de Estados Unidos —Algún lugar en el Ártico.
—Te recibo, Lima Charlie. George Washington, ¿dónde estáis?
Al cabo de un minuto de estática, el portaaviones respondió:
—Lo lamentamos, B4, no podemos revelaros nuestra localización exacta mediante esta red. Estoy autorizado a decirte que en estos momentos operamos en el golfo de México, cambio.
A Mark y a Crusow se les encogió el corazón. Era lo mismo que si el portaaviones se hubiera hallado a años luz de distancia. Se valían del rebote atmosférico para comunicarse, pero ese fenómeno, en el mejor de los casos, funcionaba de manera intermitente. Mark retomó el diálogo con los primeros estadounidenses vivos con los que hablaba desde que había conversado con la mujer de Crusow en el invierno anterior. No sabía cuánto iba a durar el rebote atmosférico con el que en ese momento captaban las ondas de alta frecuencia.
—GW, aquí B4, entendido. Estamos en una base de investigación científica en el Ártico. Nuestra situación es desesperada; tenemos combustible y provisiones para menos de sesenta días. Hay cinco personas en la base, algunos con mala salud, cambio.
—B4, aquí GW, recibido, informaré inmediatamente de vuestra situación a los niveles más altos de la cadena de mando, cambio.
—GW, aquí B4, hacedlo, por favor. ¿Cuál es la situación en el continente? Cambio.
—B4, aquí GW, la situación es mala de verdad. Los Estados Unidos continentales se consideran inhabitables. Muchas de las ciudades dominadas por los no muertos han sido destruidas con ingenios nucleares, sin ningún logro tangible. Los no muertos todavía dominan los cuarenta y ocho estados contiguos del continente. No tenemos información sobre Alaska.
—GW, aquí B4, recibido. Aquí se vive un invierno muy duro y severo. Lo peor todavía no ha llegado. Quizá os interese saber que las criaturas no funcionan muy bien aquí. El frío las deja bien congeladas. Al cabo de unos pocos minutos de exposición dejan de moverse, cambio.
—B4, aquí GW, entendido. Habrá gente muy interesada en saberlo. Sería recomendable que estableciéramos un horario para contacto por radio, así como frecuencias primarias, secundarias y terciarias antes de perder la conexión.
—GW, aquí B4, nos parece una idea estupenda.
Mark siguió hablando con el portaaviones. Intercambiaron frecuencias comunes de acuerdo con el Sistema Mundial de Comunicaciones de Alta Frecuencia, así como horarios de contacto determinados mediante el tiempo medio de Greenwich. Mark había acabado de establecer su horario de comunicaciones y empezaba a intercambiar noticias cuando la transmisión se transformó en ruido.
—Maldita sea —dijo Mark, enfadado.
—Anímate, muchacho, éstas son las mejores noticias que hemos recibido en varios meses. Si ese portaaviones sigue en activo, puede que haya más. Quizá alguien pueda ayudarnos —respondió Crusow.
—No te esfuerces por ser optimista. Estamos a ciento sesenta kilómetros de la zona de hielo delgado y, además, con este tiempo de mierda no habrá capitán en su sano juicio que se atreva a acercarse, a menos que su barco sea un rompehielos. Y aunque alguien se acercara, dime, Crusow, ¿cómo quieres que salgamos a cincuenta grados bajo cero y atravesemos ciento sesenta kilómetros de terreno lleno de barrancos y difícil de transitar?
—Tenemos el Cat, ¿verdad que sí?
—Sí, creo que sí, lo tenemos.
—Ya es algo. Yo no me voy a rendir. Esto, por lo menos, me ha dado un poco más de esperanza. No pienso morirme en el techo del mundo. Por ahora me mantengo en treinta y siete grados, y tú también. Ni tú ni yo nos iremos al otro barrio sin resistir, y que me maten si no salgo de este cubo de hielo antes de que me muera. Vamos a ver de nuevo el sol. Tenemos mucho trabajo por hacer. Escribe tres copias de ese horario que acababas de acordar con el portaaviones. Tú te quedas una, me das la otra a mí, y pones la tercera sobre la mesa, debajo del cristal. Tendremos que convocar una reunión para que los demás se enteren.
—Muy bien. De acuerdo. Voy a empezar ahora mismo —dijo Mark, y se enderezó en su asiento, tan sólo un poco más concentrado, un poco más esperanzado.