“Que volvió a su casa donde había muchas mujeres refugiadas y después que saquearon cuanto había, se echaron sobre ellas, violaron a las más, entre ellas a una anciana de setenta y seis años que la gozaron más de doce; que el deponente dio ocho duros a ocho soldados para librar de esta violencia a una muchacha de once años, hija de un vecino suyo, y aunque logró en aquel momento librarla habiendo vuelto otra vez algunos de los primeros la violaron por fin…”.
“Que a luego intimaron que habían de gozar a todas las mujeres, amenazándolas de muerte si no consentían y por evitarla tuvieron que sufrir todas esta afrenta públicamente en la sala delante de todos; que luego pretendieron dormir con ellas y lograron también por fuerza. Por último, llegó hasta tanto el desenfreno y la barbarie que un portugués obligó al testigo a presenciar con una vela encendida en la mano el acto vergonzoso e ignominioso de gozar a todas las mujeres de su casa y de las familias refugiadas en ella…”.
“Que a las tres sintió el testigo unos espantosos gritos y chillidos de mujeres en la esquina de la calle de San Jerónimo y habiéndose asomado a la ventana cuando amaneció vio a una moza amarrada a una barrica de la dicha esquina que estaba en cueros y toda ella ensangrentada con una bayoneta que tenía atravesada y metida por la misma oficina de la generación y que varios ingleses estaban a su alrededor, espectáculo que le llenó de horror y espanto…”.
“Que en todas las demás casas de la plaza y sus alrededores se oían lastimosos ayes, lloros y chillidos de mujeres que imploraban el auxilio de los vecinos inmediatos a quienes llamaban con sus nombres para que las libertasen de las manos de los soldados que las hacían sufrir un martirio continuo hasta el extremo de violarlas, golpeándolas enseguida y herido o dado muerte a algunas después de saciar su brutal lascivia como lo hicieron con una muchacha en casa del comerciante Ezeiza y en el zaguán de la casa de cardón con tres jóvenes que fueron arrojadas a la bodega después de violadas y en ella han sido consumidas por las llamas…”.