Andrzej Sapkowski publicó su primer relato sobre el brujo Geralt de Rivia en 1986, con casi cuarenta años. La saga que dio comienzo entonces un tanto inadvertidamente concluyó en 1999 después de siete volúmenes, todos ellos publicados por Bibliópolis y Alamut en castellano. Su libro más traducido por el momento, El último deseo, cuenta con versiones a más de una quincena de lenguas. Además, la serie ha dado pie a una exitosa serie de videojuegos, The Witcher, y ha sido adaptada para la televisión en su Polonia natal, donde Sapkowski es una conocida figura pública. En los últimos tiempos ha ampliado la esfera de su obra merced a la trilogía histórica de las guerras husitas —de la que Alamut ya publicó sus primeros volúmenes, Narrenturm y Los guerreros de Dios— y con la novela Víbora, que se desarrolla durante la intervención rusa en Afganistán en los años ochenta.
¿Por qué escogiste escribir literatura fantástica al principio de tu carrera?
La verdad es que nunca planeé hacer carrera como escritor. Sólo escribí un cuento, para un concurso que convocaba anualmente una revista de cf, con la idea de ganar, llevarme el premio y olvidarme. De hecho, unos pocos años antes escribí un cuento para un concurso de una revista de pesca y gané. Pero soy un pescador impenitente y un lector de cf impenitente. Así que es una cuestión de pasión: en distintas ocasiones elijo escribir sobre lo que me gusta hacer o leer.
¿Has ido alguna vez a talleres literarios, leiste algún libro para aprender a escribir o tuviste alguna formación de ese estilo?
Ninguna en absoluto. En mi opinión no se puede aprender a escribir. No puede enseñarse a ser escritor. Además de poseer alguna erudición general, es una cuestión de talento, de algo en tu interior, de chispa divina, digamos. Los talleres literarios sólo tienen un valor: pueden ayudar a que se encienda esa chispa soplando sobre las ascuas. O pueden ayudar a alguien que sueña con ser escritor a darse cuenta de que no hay nada sobre lo que soplar.
Tras los años que has pasado trabajando en este género, ¿en qué te parece que marca la trayectoria de un escritor? Estrictamente en el terreno profesional, ¿tiene más ventajas o desventajas que otros?
Después de todos estos años, la gran diferencia es que soy más viejo. Mucho, mucho más viejo. Es una desventaja. Algunas veces. Otras no.
¿En qué crees que difiere el trabajo diario de un escritor de ciencia-ficción y fantasía del de cualquier otro género?
Diría que no hay ninguna diferencia en absoluto. ¿Por qué debería? ¿Debido a qué? ¿Se supone que los escritores de cf o fantasía, además de escribir, deberían pasar algún tiempo buscando ovnis? ¿Adorando a dioses paganos o a Cthulhu? Eso es ridículo.
¿Crees que un escritor de cf o fantasía debe tener algunas cualidades específicas?
Ninguna que pueda definir. Créeme, conozco a un montón de escritores de cf y fantasía. Todos son tan distintos —o diferenciables— como quepa imaginar, sería casi imposible encontrar dos idénticos o siquiera con características similares. Y preferiría abstenerme de hacer ningún intento de encontrar la característica que todos tienen en común. Serían —déjame citar a Shakespeare— trabajos perdidos.
¿Hay alguna forma en la que te surjan de manera más frecuente los arranques de historias? Cosas que te pasan, personajes, un paisaje, una idea…
Una idea, casi siempre. Pero en el caso de mis historias del brujo Geralt de Rivia, el personaje llegó primero. Diría que se trata de una excepción.
¿Trabajas a partir de esquemas detallados de la trama? ¿Cuánto improvisas al escribir?
Intento trabajar a partir de un plan tan cerrado y detallado como sea posible. Intento convencerme a mí mismo de que tengo un plan, de que conozco toda la trama, sé dónde empieza todo, lo que ocurrirá y cómo terminará. Y luego improviso un montón de todas formas.
¿Utilizas alguna herramienta para ayudarte a insertar al lector en tu mundo imaginario? ¿Creas para ti mapas, glosarios de personajes, diccionarios de términos…?
No me gusta esa clase de herramientas. Hacen que una novela parezca algún tipo de manual, como las instrucciones para usar la batidora. Cuando encuentro algo de ese tipo en un libro que estoy leyendo, simplemente me lo salto. Cuando leo nunca vuelvo atrás al mapa para comprobar dónde está el héroe en ese momento. O ver de quién es hijo Gimli. Sé dónde está el héroe y que Gimli es el hijo Gloin. Pero, qué demonios, muchos lectores saben también dónde está el héroe y quién es Gimli, y de todas formas les gusta mirar el mapa o el glosario. Bueno, hay que darles lo que les gusta.
¿Qué parte de tu labor cotidiana como escritor te cuesta más y cuál te resulta más divertida?
La parte difícil es escribir. Lo más divertido es terminar. Ja, ja.
¿Qué importancia tiene para ti el fandom específico de la cf, o en general el contacto con los lectores?
Soy consciente de la existencia de esa comunidad. Incluso me he encontrado con alguna gente agradable entre sus integrantes. La mejor descripción al respecto la da el proverbio latino: senatores boni uiri, senatus autem mala bestia. Los senadores son unos tipos estupendos, pero el senado es un mal bicho. En otras palabras: reconozco y agradezco los méritos del fandom cuando existen. Y tengo presentes sus debilidades, inconvenientes y partes oscuras, que en el caso del fandom son abundantes. Creo que el fandom piensa algo parecido sobre mí.
¿Eres ordenado en cuanto a horarios y forma de vida para trabajar un número concreto de horas o te vas adaptando a lo que se pueda según los días?
Hago grandes esfuerzos para mantener mi agenda de trabajo tan ordenada como sea posible. Realizo grandes avances para conseguirlo. A veces tengo éxito. Otras fracaso. Completa y miserablemente.
¿Guardas ideas en un cuaderno? ¿Cómo archivas tu material no usado?
Puedes apostar a que sí. Después de cada libro que termino me queda un buen montón de material sin usar, que puede ser reciclado para otro libro. También tengo una larga lista de ideas archivadas en mi PC. No te preocupes, hago copias de seguridad regularmente.
¿Qué otros escritores de cf y fantasía te han influido más, tanto en temáticas como en estilo?
Citaría a J. R.R. Tolkien, C. S. Lewis, T. H. White, H. P. Lovecraft, Stanislaw Lem, los hermanos Strugatski, Fritz Leiber, Ursula Le Güín, Roger Zelazny, Harían Ellison, Jack Vanee, Peter S. Beagle, Stephen R. Donaldson. Y muchos más. La lista es larga y en continuo crecimiento. Y está sujeta a cambios.