Además del Nébula, el otro galardón principal del género es el Hugo, que se presenta cada año en las WorldCon. Votado por los asistentes al congreso (hay que inscribirse con muchos meses de antelación si se quiere votar a las candidaturas), los Hugo se reparten en muchas más categorías que los Nébula. Los premios de ficción se dan en las cuatro longitudes estándar: cuento corto (17499 palabras), cuento largo (7500-14999), novela corta (15000-39999) y novela (desde 40000 palabras). Los Hugo también tienen otros muchos galardones como los de mejor obra de no ficción, artista o editor profesional, así como premios para aficionados como mejor fanzine, mejor escritor aficionado y mejor dibujante aficionado. En las WorldCon también se vota el premio John W. Campbell al mejor escritor novel, al que los autores son elegibles en los dos primeros años posteriores a su primera publicación.
Existen otros muchos premios muy distinguidos: el Campbell Memorial de novela (elegido por un jurado), el Sturgeon Memorial (para relatos cortos, por jurado), el Philip K. Dick para obras publicadas originalmente en formato de bolsillo (por jurado), el World Fantasy Award en distintas categorías (por jurado, con algunas candidaturas votadas por los inscritos en la World Fantasy Convention), así como muchos galardones otorgados en otros países, incluyendo los Seiun, los «Hugo japoneses», que se presentan en la WorlCon; así como muchos otros que convocan organizaciones menos conocidas[39]. Ganar uno de estos premios puede ser algo embriagador, y en todos los casos estos premios muestran gusto por la calidad. A la comunidad de la ficción especulativa le preocupa muchísimo la calidad literaria, aunque la definamos según nuestros propios términos.
Sin embargo, un consejo: los escritores no hacen campaña para ganar premios salvo que estén preparados para recoger una cosecha de desprecio. El más mínimo indicio de algo lejanamente similar a una campaña genera un enorme rechazo y suspicacia, de forma que aunque la mayoría de los escritores albergan la secreta ambición de recibir Hugos y Nébulas, se considera más decoroso esperar despreocupado a que una de nuestras historias suscite el interés de los votantes.
También existen muchos comentarios sobre cómo los principales premios —el Hugo y el Nébula— proporcionan riqueza y fama. Es verdad que las ventas internacionales por lo general crecen para los autores que han ganado esos premios (los editores extranjeros a menudo tienen pocas pistas para saber lo que se lleva en los Estados Unidos, que siguen siendo el corazón de la ciencia-ficción), pero muchos ganadores pueden dar testimonio de que un Hugo o un Nébula no garantizan que una obra seguirá en catálogo al cabo de un tiempo.
En resumen, aunque es estupendo recibir premios, deben ser apreciados por lo que quieren decir: que un cierto número de gente disfruta con su trabajo. No espere nada más que eso, y desde luego no haga el menor cambio en su escritura o su comportamiento para conseguir un premio. Si lo consigue, estupendo; si no, fenomenal también. Los premios raramente valoran a los escritores más innovadores hasta mucho tiempo después de que aparezcan sus mejores trabajos.