Son diferentes de las regurgitaciones. El contenido expulsado es más abundante y el niño tiene náuseas, y hace ruido y esfuerzo para vomitar. Las causas pueden ser muchas. Pero a diferencia de las regurgitaciones, los vómitos no son normales y debe valorarlos el médico.
Un vómito aislado no suele tener importancia: puede que haya tomado mucho, o que no eructara bien. Pero si los vómitos son continuos o muy frecuentes, requieren valoración. Pueden deberse a múltiples causas: inicio de una gastroenteritis, una infección urinaria, una intolerancia alimentaria, etcétera.
Si los vómitos son continuos, aparecen ya desde las primeras tomas y contienen bilis, hay que descartar un problema obstructivo.
Vómitos con sangre
No es un problema raro. Si tu niño vomita con sangre, no olvides llevar la ropa manchada para que el médico pueda verla. Si el bebé parece sano y toma lactancia materna, hay que descartar que tengas grietas o fisuras en los pezones, porque en este caso el niño, al mamar, absorbería sangre de tu pecho. Puedes extraerte la leche con un quitaleches y observar si contiene sangre (véase la fotografía de la página siguiente).
RECUERDA
Un vómito aislado no suele tener importancia, pero si los vómitos son continuos o muy frecuentes requieren valoración.
¡Atención! Debes acudir de forma urgente al médico si:
Los vómitos se acompañan de fiebre y manchas en la piel. Sería una verdadera urgencia.
Son continuos o muy frecuentes.
Contienen sangre (roja o negra como posos de café).
Contienen bilis (verdosos).
Se acompañan de deposiciones con sangre.
El niño presenta afectación del estado general.
En ocasiones, el bebé ha tragado previamente esa sangre procedente de las vías altas (nariz, boca, faringe). Pero también puede deberse a sangrados en otros puntos del aparato digestivo, trastornos en la coagulación, etcétera.
En cualquier caso, si tu bebé presenta vómitos con sangre, aunque parezca que está bien, debes acudir al pediatra o al servicio de urgencias.
Estenosis de píloro
Un niño sano que sobre las tres semanas de vida inicia un cuadro de vómitos persistentes, sin bilis, abundantes (a veces parece que vomita más de lo que ha comido) y que a continuación está hambriento, sin fiebre ni diarrea, puede que esté iniciando una estenosis de píloro. Sobre todo si se trata de un varón primogénito.
La estenosis de píloro es un estrechamiento de la salida del estómago (píloro) que no deja pasar los alimentos hacia el intestino delgado (véase el dibujo). Al nacer, el píloro es normal, pero sobre las tres semanas de vida es cuando se va estrechando. Por supuesto que los niños de esta edad también pueden vomitar por otras causas. Consulta con tu pediatra.