37 Cólico del lactante

Como ya hemos comentado, el llanto es la única forma que tienen los recién nacidos para comunicarse. Y por ello, las causas del llanto pueden ser muchas: hambre, dolor, frío, calor, reflujo, aburrimiento, ganas de regazo, pañal manchado, etcétera.

El llanto excesivo es un motivo habitual de consulta con el pediatra. Para averiguar la causa, el pediatra te hará preguntas, y luego observará y explorará al niño. Se fijará en el tipo de llanto y en cómo responde: ¿se consuela con facilidad?, ¿tiene hambre?, ¿parece que tiene dolor?, etcétera.

Y hay que tener presente el cólico del lactante. Aparte del hambre, el sueño o la incomodidad, es la causa más frecuente del llanto en los bebés de pocos meses.

Características

Llanto inconsolable durante unas tres horas al día, varios días a la semana y durante varias semanas.

Habitualmente, los cólicos son por las tardes y después de hacer la toma.

El bebé encoge y estira las piernas, y cierra los puños.

El llanto se acompaña de enrojecimiento de la cara. A veces, el bebé tiene la tripita algo hinchada y expulsa gases.

No suelen aparecer al nacimiento, sino sobre la segunda semana de vida.

Causas

Aunque las causas del cólico del lactante se desconocen, existen varias teorías:

Alergia a las proteínas de la leche de vaca (las leches adaptadas para bebés se elaboran a partir de la leche de vaca). No está demostrado, y los cólicos también se dan en los niños que toman el pecho, aunque en algún caso sí que podría ser la causa. En casos excepcionales, las proteínas de la leche de vaca ingeridas por la madre pueden pasar a la leche materna y causar cólicos en el bebé.

Gases en la tripita. No es la causa primaria, sin embargo, al llorar tragan aire y empeoran. Cuando expulsan los gases, mejoran, al menos durante un rato.

La ansiedad, el estrés familiar, etcétera. Aunque no es la causa del cólico, lo empeoran. Ya se ha dicho que la tranquilidad, los movimientos suaves y el tono amigable tranquilizan al bebé.

Actitud ante el cólico del lactante

Lo primero es asegurarte de que el bebé no llora por otro motivo. Aunque ya esté diagnosticado de cólico, en un momento dado puede llorar por otra causa: frío, calor, hambre, pañal sucio, dolor, otitis, etcétera.

Comprueba las pautas de alimentación:

Lactancia materna:

Biberón:

No existe ningún fármaco eficaz, seguro y con efecto duradero para el cólico del lactante. Pero puede que la crisis mejore si:

Lo meces. Le gusta que lo cojan boca abajo, con una mano en abdomen y meciéndolo en vaivén.

Le haces masajes suaves en el abdomen.

Lo paseas en su sillita, sobre todo por una calle o un paseo empedrado.

Oye ciertos sonidos monótonos. Un secador de pelo encendido o la aspiradora pueden calmarlo, aunque sea temporalmente.

Le das un paseo en automóvil. Suele ser infalible.

¿Y las gotas para los gases o las infusiones? En ocasiones funcionan, pero no hay que esperar milagros. Las gotas te las debe recetar el pediatra:

BLEVIT DIGEST: infusiones.

REUTERI: gotas: (5 gotas/día).

ATENCIÓN

Con infusiones de anís estrellado se han producido intoxicaciones importantes. ¡No se las des nunca!

Crea un ambiente relajado. Los niños con cólicos mejoran cuando el ambiente en el hogar es tranquilo y relajado. Evita la estimulación excesiva: luz, ruido, música alta o estridente.

Evita la excesiva estimulación afectiva: los meneos, hablarle muy alto, etcétera.

Acepta el llanto. Recuerda que los cólicos son muy frecuentes, pero son benignos y transitorios, de manera que sobre los tres o cuatro meses habrán desaparecido o mejorado mucho. El tiempo corre a tu favor.

¡Nunca le sacudas! Los cólicos son desesperantes para el bebé y para ti. Pero no debes perder los nervios, y nunca debes zarandear al bebé, porque es muy peligroso; podrías causarle hasta una hemorragia cerebral.

Pide ayuda. No eres superwoman y no puedes con todo. En la vida diaria todos tenemos días en los que nos sentimos superados.

Es normal que el cólico te supere. No es difícil ponerse en tu piel: convaleciente del parto o de una cesárea, quizá con otro niño pequeño que reclama tu atención (y que también lo pasa mal por los celos) y con un bebé que te pide cuidados y comida cada dos o tres horas, día y noche. Si además el bebé padece cólicos y se pasa las tardes llorando a grito pelado, no hay forma de que puedas descansar y desconectar.

Si estás en esta situación, es el momento de pedir ayuda. Lo ideal sería que la ayuda venga sin necesidad de pedirla. Porque dentro de unas semanas todo será distinto y mejor, y te las arreglarás perfectamente.

¿Y quién te va ayudar? Pues los de siempre. En primer lugar, los abuelos, la familia y también los amigos. La ayuda del padre ya se presupone.

La ayuda de los abuelos es fundamental en nuestra sociedad actual, en la que habitualmente ambos padres trabajan fuera de casa. Acéptala si te la ofrecen. Y recuerda que dentro de unos meses todo será más fácil.

Si se quedan un rato cuidando al bebé y puedes tomarte unas horas de descanso, te irá muy bien. Luego estarás más tranquila y con más paciencia para afrontar los problemas.

RECUERDA

Acepta la ayuda de los abuelos si te la ofrecen.