No es raro que las mamas de muchos recién nacidos estén hinchadas: se trata de la hipertrofia mamaria neonatal, cuyo origen es la presencia de las hormonas femeninas (estrógenos) de la madre. Suele ser bilateral, es decir, ambas mamas están hinchadas, aunque una puede estarlo más que la otra. No le aprietes nunca las mamas, aunque a veces le salga un líquido blanquecino, denominado «leche de bruja». Aunque es más frecuente en las niñas, también puede darse en los niños. Es un fenómeno pasajero y suele desaparecer a los pocos días de vida.
Como ya hemos dicho, nunca comprimas las mamas para tratar de extraerle la «leche de bruja», porque puede que la hipertrofia se complique con una infección, una verdadera mastitis.
Si el asunto se complica con una infección, la mama se pone más hinchada y la piel toma un color rojo brillante. La mama afectada suele estar dolorida (generalmente se infecta una sola mama). Si notas que tu bebé tiene una mama roja e inflamada, puede que esté empezando con una mastitis. La mastitis es la inflamación de las mamas, y a esta edad tiene importancia y suele ser necesario el ingreso hospitalario para realizar tratamiento con antibióticos. Debes llevarle al médico.