El bebé se irá a casa con el muñón del cordón umbilical. Lo llevará pinzado para que no sangre. Evidentemente ¡no debes retirar nunca esta pinza!
En cuanto a los cuidados del ombligo, ya hemos comentado que lo tienes que lavar con agua y jabón como parte del baño diario. Pero al menos una vez al día hasta que se caiga, debes hacer la cura del ombligo, tal y como te explicamos a continuación:
ATENCIÓN
El alcohol usado habitualmente en medicina es de 96° y puede quemar la piel del bebé. Para las curas debes comprar alcohol de 70°.
Cura clásica
Antes de hacer la cura del ombligo: lávate bien las manos con agua y jabón.
Retira la gasa (si la tiene) que lo cubre.
Limpia la zona: con una mano sujeta la pinza y con la otra le limpias bien y con cuidado alrededor del ombligo (restos de sangre, secreciones, etcétera) con una gasa humedecida con alcohol de 70°. Espera unos segundos para que el alcohol se evapore. Esta limpieza también puede realizarse con suero fisiológico, pero al menos una vez al día hazla con alcohol.
Coloca una nueva gasa estéril, con unas gotas de alcohol de 70°, enrollada alrededor del ombligo, entre la piel del abdomen y la pinza. Esta gasa no debe ir empapada en alcohol, sólo algo húmeda (véanse las fotografías).
Dobla los pañales por la parte delantera para evitar que cubran el ombligo. No pongas ningún tipo de faja, ombliguero, vendas o similares.
En algunos centros aconsejan hacer la cura con clorhexidina al 0,2% (Diasepty 10,2%). No hay problema, es muy buen antiséptico. La mercromina también se usaba mucho antes y va bien, pero tiñe de rojo el ombligo, por lo que impide ver su color real. Sin embargo, no debes usar povidona yodada (Betadine) o alcohol yodado, salvo indicación expresa del pediatra, porque contienen mucho yodo, que puede pasar al bebé.
Nota
Algunos pediatras no son partidarios de dejar una gasa cubriendo el ombligo y prefieren que quede al aire.
En algunos centros no realizan una cura húmeda con antiséptico y sólo recomiendan tener esa zona limpia y seca.
Cuando el ombligo se caiga, verás en la base de la herida pequeños restos de sangre. Límpialos con una gasita y alcohol de 70°. Pero si aparece un sangrado más importante o de forma continua (aunque sea poco), debes consultar con el pediatra.
Tétanos neonatal
Es una complicación, absolutamente excepcional en nuestro entorno, de una infección de la herida umbilical. Sólo debemos saber que existe y que los adultos también tenemos que revacunarnos contra el tétanos.
Pero en países pobres, donde las madres no están vacunadas contra el tétanos, ni hay una cultura higiénico-sanitaria, el cordón se corta y se anuda con material no estéril, y el tétanos se convierte en un problema sanitario importante.
Granuloma umbilical
En ocasiones, después de caer el ombligo, la base de la herida no acaba de secarse y forma como un muñoncito húmedo, que recibe el nombre de granuloma. Debes consultar con el pediatra, porque a veces precisa tratamiento. Éste es muy sencillo y se realiza en la consulta. Consiste en cauterizar (quemar) el granuloma con una barrita de nitrato de plata.
Hernia umbilical
Se produce por un defecto en la pared del abdomen en la zona del ombligo (como un ojal). Estas hernias suelen ser pequeñas, de un tamaño menor al de una moneda de un euro, pero las hay de varios centímetros de diámetro y que presentan abultamiento. Son más frecuentes en niños prematuros y en los de raza negra.
Al contrario de las hernias inguinales, no suelen incarcerarse ni dar complicaciones. Generalmente se resuelven sin ningún tratamiento. Sólo en algunos casos (hernias grandes, sexo femenino, presencia de síntomas, etcétera), el bebé necesitará reparación quirúrgica cuando sea más mayor.
El tiempo que tarda en desprenderse el cordón umbilical varía bastante, pero en la mayoría de los niños ocurre durante las dos o tres primeras semanas de vida.
Retraso en la caída del cordón umbilical
Aunque muchos autores ponen el límite en el mes de vida, otros consideran que el tiempo normal de caída del cordón umbilical se encuentra entre los tres días y los dos meses.
Debes consultar con el pediatra sin demora si observas:
Que la piel alrededor del cordón está roja, brillante, inflamada, tiene secreciones sucias, pus o huele mal. El ombligo se comunica con las venas hepáticas y una infección cerca de éstas puede complicarse y ser seria.
Que el cordón umbilical no se ha desprendido pasado el mes de vida, sobre todo si está húmedo.
Sangrado o emisión de líquido por el ombligo. Justo cuando se cae o está a punto de caerse, es normal observar algunos restos de sangre, pero si tienes dudas, consulta al pediatra.