Los primeros meses de vida, el niño suele dormir en la habitación de los padres. Las primeras semanas puede dormir en el capazo (moisés).
Colecho
El colecho se refiere a la práctica de dormir con los hijos, en la misma cama. Actualmente es un tema que genera opiniones encontradas entre defensores y detractores.
Los defensores de esta modalidad señalan que, si se cumplen una serie de condiciones (los progenitores no consumen alcohol, ni tabaco, ni otras drogas, ni fármacos que produzcan sueño, y no padecen obesidad ni enfermedades, etcétera), el colecho ayuda a establecer los vínculos y el apego, mejora el sueño y facilita la lactancia materna por la noche, entre otras ventajas. Sin embargo, se han dado casos de aplastamiento por parte de los padres.
Por ello, recomendamos que el bebé duerma en la habitación de los padres, pero en su cuna y no en la misma cama de los padres.
Primer traslado
A partir de los seis o siete meses, el bebé hará el primer traslado: a su propia habitación.
La cuna
Puede ser de madera o de metal. Los barrotes no deben estar muy separados entre sí (máximo 6 cm) para evitar que el bebé meta la cabeza entre ellos y pueda asfixiarse.
El colchón debe ser duro. Las sábanas deben estar tirantes, sin arrugas y bien ajustadas. No debe haber almohada ni juguetes blandos dentro de la cuna.
ATENCIÓN
Es recomendable acostar a los recién nacidos sanos boca arriba.
Desde que la Academia Americana de Pediatría en 1992 aconsejó acostar a los bebés boca arriba, han disminuido en un los casos de muerte súbita en la cuna. Los niños sanos deben dormir boca arriba. Si tu hijo padece alguna enfermedad (reflujo importante, malformaciones, etcétera), el pediatra te informará de cómo debes acostarle.
En cuanto a la decoración de la habitación, evita el exceso de muñecos de peluche, libros y todo aquello que acumule polvo y ácaros, sobre todo si hay antecedentes familiares de asma o rinitis alérgica.
Intercomunicadores
Son aparatos que permiten, desde otra zona de la casa, oír e incluso ver al bebé en su habitación. Los de última generación incorporan cámaras y monitores digitales con pantallas LCD, y avisan a los padres ante cualquier ruido. Los intercomunicadores son útiles si se emplean como una ayuda más, pero nunca debes usarlos como un sustituto de tu vigilancia responsable del bebé. El intercomunicador no es una niñera.
Temperatura de la habitación
La temperatura de la habitación del bebé debería estar en torno a los una temperatura agradable para los adultos, pero no muy alta. Las elevadas temperaturas en la habitación del bebé se han relacionado con casos de muerte súbita.