Lugar de la acción: Un callejón de St. Louis.

Primera parte: preparativos para la visita de un invitado.

Segunda parte: visita del invitado.

Época de la acción: En la actualidad y en el pasado.

PERSONAJES

AMANDA WINGFIELD, la madre

Una mujer pequeña y de grande aunque confusa vitalidad que se aferra frenéticamente a otro tiempo y a otro lugar. Su caracterización ha de ser elaborada con sumo cuidado, sin caer en el estereotipo. No es paranoica, pero vive sumida en la paranoia. Hay mucho que admirar en Amanda, y tantas cosas dignas de aprecio y de lástima como de risa. Ciertamente, es resistente y encarna una especie de heroísmo, y, aunque a veces la insensatez, o la estupidez, la vuelve inconscientemente cruel, su fragilidad no carece de ternura.

LAURA WINGFIELD, su hija

Al no haber podido establecer contacto con la realidad, Amanda continúa viviendo con vitalidad en sus ilusiones. Laura se encuentra en una situación mucho más grave. Durante su infancia padeció una enfermedad que la dejó coja, con una pierna ligeramente más corta que la otra —la lleva embutida en un aparato ortopédico—, un defecto que, sobre el escenario, sólo hay que sugerir. A partir de esta circunstancia, el aislamiento de Laura ha aumentado hasta convertirla en una pieza de su propia colección de figurillas de cristal, tan exquisitamente frágiles que no se las puede sacar de su estantería.

TOM WINGFIELD, su hijo

Y el narrador de la obra. Un poeta empleado en un almacén. No es implacable por naturaleza, pero para escapar de la trampa ha de actuar sin piedad.

JIM OCONNOR, el pretendiente

Un joven corriente y simpático.