AGRADECIMIENTOS

Quiero agradecer a la autora de la edición inglesa, Claire Wachtel, y a mi agente, Ann Rittenberg, haber salvado, una vez más, un manuscrito del desastre y haberme hecho quedar mucho mejor de lo que podía esperar. A Mal, Sheila y Sterling haber leído el primer borrador y haberme ayudado a resolver las dificultades.

También quiero dar las gracias al sargento Larry Gillis de la policía del estado de Massachusetts, Departamento de Asuntos Públicos; a Mary Clark de la biblioteca pública Thomas Crane de Quincy; a Jennifer Brawer de William Morrow y a Francesca Liversidge de Bantam de Reino Unido, por haber solucionado innumerables cuestiones intangibles.