—Era una reina muy valiente —dijo Alicia.
—El tratado de Kush culminó en la independencia y el mantenimiento de los puestos militares romanos, establecidos en la zona fronteriza mutuamente reconocida por las dos potencias, llamado Dodekaschoinos. Cayo Petronio describió a la reina como una mujer con el corazón de un hombre.
El sol ya estaba en lo más alto cuando el señor Garstang terminó su relato. Los muros de la ciudad brillaban y el viento comenzó a soplar con más fuerza. El arqueólogo se puso en pie y, con gran energía, les dijo:
—Ahora queda lo más importante, la ciudad de Meroe les está esperando impaciente.
Todos se levantaron y siguieron al arqueólogo que comenzó a andar con paso acelerado hacia las ruinas. Yamile sintió como el rubí que escondía bajo sus ropas comenzaba a calentarse. Ansiosa, miró por todos lados, el templo debía de estar cerca. Amón reclamaba su corazón, ella se lo daría con gusto, pero no a cualquier precio. El secreto de Amón debería ser desvelado y sería ella la que conseguiría la inmortalidad.