Conjuro CLXXXIII

HIMNO A OSIRIS

¡Llego ante ti, oh Osiris, hijo de Nut! Príncipe de la Eternidad,

yo, uno entre los dioses que rodean a Thoth;

yo, que me siento feliz de lo que he hecho por ti:

traer Aire fresco y agradable para tus Pulmones;

vida y Fuerza para tu bello Rostro

viento del Norte para las ventanas de tu Nariz,

¡Oh Señor de la Tierra sagrada de los Muertos!

Ordené a Shu que ilumine tu Cuerpo;

que sus rayos alumbren tu Camino;

con el Verbo de Potencia de su Boca

destruyó el Mal que se agarraba a tus Miembros;

dio paz a los dos Horus, esos dos Hermanos combatientes;

rechazó las Tempestades y las Inundaciones;

por su causa, Horus y Seth, igual que las Dos Tierras,

mediante la paz que reina entre ellos,

se esfuerzan por serte agradables;

consiguió apaciguar la cólera de sus corazones

y los reconcilió…

Tu hijo, Horus, sale triunfante frente a la asamblea de los dioses;

la realeza del mundo entero le ha sido dada.

Le ha sido conferido, también, el Trono de Keb,

así como la categoría que Tum ha ordenado,

fijado por escrito en los Archivos

grabado en una placa de hierro,

siguiendo las órdenes de tu Padre, Ptah-Tanen,

que está sentado en su Trono Real…

Ordenó a su Hermano enderezar a Shu,

hacer elevar las aguas hasta llegar a la cima de las montañas

para que crezca la hierba en las colinas

y el trigo en los valles,

para que tierra y agua no dejen de producir…

Es así que los dioses del Cielo y la Tierra,

acompañan a tu Hijo, Horus, hasta la sala

donde es proclamado su Señor y su rey…

Se regocija tu Corazón, ¡oh Amo de los dioses!

Se alegra mucho,

porque Egipto y el País Rojo conocen los beneficios de la paz

y bajo tu amparo se entregan al trabajo;

en sitios apropiados son construidos templos y ciudades;

corresponden a sus Nombres las posesiones de ciudades y provincias;

según tu Nombre, que es sagrado, eternamente,

te ofrecemos, ahora, sacrificios…

¿No escuchas cómo eres aclamado

cómo adoran tu Nombre?

¿No ves cómo se procede a las libaciones en honor de KA

cómo llegan de todas partes con ofrendas sepulcrales

destinadas a los Espíritus santificados que te rodean?

Es así que las ofrendas dispuestas alrededor de las Almas de los Muertos

son rociadas con agua lustral…

Todo lo que Ra ha ordenado para ti,

al comienzo de los Tiempos,

desde este instante está terminado;

por ello ahora serás coronado, ¡oh hijo de Nut!

Igual que el Señor del Universo ha sido coronado…

Tú vives, en verdad, fijo y sin quebrantarte;

tú rejuveneces; tú eres justo y verdadero.

Ra, tu Padre celestial, consolida tus miembros

las Jerarquías divinas te reciben con gritos de alegría…

Isis permanece a tu lado y no se separa un paso de ti.

Tus enemigos no te vencerán;

todos los hombres y todos los países exaltan tu belleza,

lo mismo que aclaman a Ra, cuando se levanta al alba…

Irradias sobre los mundos, erguido sobre tu pedestal.

Aceleran su paso,

llenos de alegría, frente a tu belleza,

los corazones de los hombres.

La realeza se le concede a Keb,

tu Padre, que ha dispuesto tu hermosura;

en cuanto a la diosa que te trajo al Mundo y modeló tus miembros,

es la madre de los dioses, es Nut.

Tú fuiste, en verdad, el primero de los cinco dioses[244]

Tomando en tus brazos el bastón de mando y el látigo,

colocando la corona blanca de Atef en tu cabeza,

eres entronizado rey de hombres y de dioses.

Porque, verdaderamente, fuiste coronado Señor de las Dos Tierras,

y llevabas sobre tu frente los emblemas de la realeza de Ra

en el tiempo en que aún reposabas en el seno de tu Madre, Nut.

Cuando surges ahora,

se inclinan los dioses profundamente.

Caminan hacia atrás en su sendero,

embargados de un terror que viene de Ra;

la Fuerza irresistible de tu Majestad les da temor…

Verdaderamente, la Vida te acompaña, te siguen las ofrendas;

cada día las hallas ante tu Rostro divino…

Dadme, entonces ¡oh dios!

La gracia para que pueda encontrarme junto a los que siguen tu Majestad,

de la misma manera que lo hacía en la Tierra…

En lo que respecta a mi Alma, haz que sea convocada

para que te encuentre

al lado de los Señores de la Verdad y de la Justicia.

Heme aquí que me dirijo hacia la ciudad de los dioses,

este lugar que existía desde tiempo inmemorial;

ahora, mi Alma, mi Doble, mi Espíritu santificado

vivirán en este país

cuyo Señor es el dios de la Verdad-Justicia;

él, que da el alimento a los dioses.

Esta Tierra ejerce, en verdad, atracción sobre los otros países:

los del Sur que siguen la corriente (del río),

y los del Norte, que aprovechan los Vientos propicios

que llegan allí, todos los días, a hacer sus banquetes,

como los manda el dios,

amo de estos lugares, Señor de la Paz…

¿Acaso este no ha dicho:

«Que al menos reine la alegría en el corazón de los hombres

que con la Justicia y la Verdad

se conforman respecto a los dioses de estos lugares»?

Porque él da larga vida a los que proceden así;

concede honores en la Tierra

les prepara después bellos funerales Uniéndoles el suelo de la Tierra sagrada.

Ve, entonces, ¡oh dios!

Yo llego ante ti,

rogando, con los brazos extendidos,

te ofrezco la Verdad y la Justicia.

No hallaréis fraude ni mentira en mi corazón…

Porque yo sé que tú subsistes y continúas

en Verdad y en Justicia.

Entérate, entonces, ¡oh dios!

Yo no cometí pecados en este Mundo,

no he hecho daño a nadie ni me apropié de sus bienes.

Yo soy Thoth, el Hierogramata perfecto, de las manos puras,

amo de la Verdad y la Justicia Señor de la Pureza, destructor del Mal,

escriba de la Verdad que odia el Pecado…

Mírame, ¡oh dios!

Yo soy el Pincel del Señor del Universo,

del Amo de las leyes, que realiza el don de las Palabras de Sabiduría,

que vence a la Mentira y al Fraude

cuya palabra tiene poder en los Dos Países.

Yo soy Thoth, Señor de la Verdad y de la Justicia

que otorga la victoria al débil perseguido

y da venganza al oprimido en la persona del opresor.

Heme aquí que yo arrojo las Tinieblas y rechazo las Tempestades.

Traigo el soplo del viento del norte al ser-bueno;

—Ese soplo de vida que ha traído al mundo a su madre celestial,

yo le hago entrar en las Moradas misteriosas,

para que así pueda despertar el Corazón

del «dios-del-Corazón-Detenido»,

este dios de Bondad, hijo de Nut,

horus, el invencible…