PARA PENETRAR ANTE OSIRIS Y SUS JERARQUÍAS
¡Salve, oh Príncipe del Amenti!
Ser-Bueno, Señor de la Tierra Sagrada,
que eres coronado igual que Ra!
Heme aquí que llego a contemplarte
y para regocijarme con el espectáculo de tu belleza…
Porque el Disco de Ra es tu Disco; sus rayos de Luz son tus rayos;
su diadema Ureret es tu diadema;
su inmensidad es tu inmensidad;
sus salidas al alba son tus salidas al alba;
sus bellezas son tus bellezas;
su pavorosa majestad es tu majestad;
los perfumes que exhala son tus perfumes;
sus Palacios en el Cielo son tus Palacios en el Cielo;
sus mansiones son tus mansiones;
su Trono es tu Trono;
su Herencia es tu Herencia;
sus adornos son tus adornos;
sus decretos son tus decretos;
su Amenti es tu Amenti;
sus posesiones son tus posesiones;
su poder mágico es tu poder mágico;
sus atributos divinos son tus atributos divinos;
sus talismanes son tus talismanes;
¡Inmortal él, tú también lo eres!
¡Invencible él, tú también lo eres!
¡Inatacable él, tú también lo eres!… ¡Oh Osiris, hijo de Nut
señor de los Cuernos de la Luna,
coronado del Atef, diadema reluciente, gloria a ti!
Tú recibes,
jefe supremo de los Jueces infernales,
la corona real Ureret.
Por todas partes siembra Tum el terror de tu Nombre:
en el corazón de los hombres, en el corazón de las mujeres,
de los dioses, de los Espíritus santificados y de los muertos.
Ellos ponen en tus manos
la real corona de Heliópolis.
¡Muchas son, verdaderamente, tus Metamorfosis en Djedu!
Eres muy temido en los Dos Mundos,
pruebas tu bravura en el Re-stau.
A los amos del Gran Templo le es dulce tu recuerdo.
Es así que te elevas en Abydos
frente a las Jerarquías divinas sales triunfante.
¡Es temible tu potencia guerrera!
¡La Tierra entera tiembla ante ti!