Conjuro CLXIV

¡Salve, Sekhmet-Ra-Bast, directora de los dioses, alada,

a quien las vendas «Ans» han dado el poder mágico!

Tú, oh diosa, que has sido coronada con las diademas del Sur y del Norte,

soberana única de tu Padre,

que ningún dios te somete,

dueña del gran Poder mágico,

tú que fuiste consagrada y coronada en los lugares silenciosos,

divina Madre de Pashakasa,

esposa real de Parhaka-Kheprú,

dueña de la Tumba, Madre del Horizonte celestial;

tú, graciosa y amable,

que logras vencer a los demonios que se rebelan,

¡Observa! ¡Mira mis ofrendas sepulcrales en tus manos!

En la proa de la Barca de Ra, tu Padre divino,

tú te mantienes de pie, enhiesta,

pronta a partir a atacar a los demonios…

He aquí que pones a la diosa Maat

en la parte de adelante de la Barca divina…

Verdaderamente, tú eres la diosa del Fuego;

nada queda después que tú has pasado…

Tu Nombres es: KA-HARES A-PUSAREMT-KAKAREMT.

Tú le pareces al poderoso fuego de la diosa Saknakat,

la que permanece sentada en la parte delantera de la Barca de tu Padre divino.

¡HAREPUGAKASHARESHABAIU! Esto es lo que dicen de ella los negros y los nubios:

«¡Nosotros te glorificamos, oh diosa!

¡Tú que eres la más poderosa entre los dioses!

Eres adorada por dioses Sesenú[213]

también por los Espíritus que habitan en sus ataúdes.

¡Observa! Nosotros nos doblegamos ante tu espantosa Majestad;

tú que eres nuestra Madre y la Fuente de nuestro Ser;

tú que acondicionas para todos nosotros

un sitio de paz en el Mundo Inferior,

nos das fuerzas y nos proteges contra el terror;

tú haces que nosotros vivamos y podamos prosperar

en las Mansiones de la Eternidad,

tú nos liberas de los subterráneos donde se tortura

donde habita el dios del rostro temible,

entre sus jerarquías divinas.

Verdaderamente, tu Nombre es:

«La-Criatura-emanada-del-Dios-del-rostro-de-terror-

Y-que-tiene-su-cuerpo-disimulado».

Este dios tiene un hijo que se llama:

«Atare-Am-Djer-Qemtú-Ren-Parsheta».

El otro hijo se llama: «Pa-Nemma-

El Ojo-divino-Udjat-de-la-diosa-Sekhmet-

La-gran-regente-de-los-dioses-emanación-de-la-diosa-Rennut-Maut».

Tú renuevas el poder a las Almas de los muertos y a sus Cuerpos inmóviles,

tú les liberas de las acechanzas de los demonios

que habitan en los subterráneos de torturas.

La diosa misma les responde:

«Yo lo hago según las palabras de Thaui[214],

hijo divino por el cual se han ordenando los ritos funerarios.

Verdaderamente, yo os lo afirmo: no seréis ni atrapados ni atados.»

RÚBRICA

Recitar este conjuro sobre una imagen de la diosa Mut, la diosa que tiene tres cabezas; la primera deberá asemej arse a la de la diosa serpiente Pekhat, adornada con dos plumas; otra cabeza será igual a la de un hombre que ha sido tocado con la corona del Norte y del Sur; y la tercera cabeza se asemejará a la de un buitre coronado con dos plumas. Esta imagen posee garras de león y también posee alas; deberá estar pintada de color ANTI. Sobre una tableta de piedra verde o sobre las vendillas de ANS.

Deben colocarse dos enanos, uno delante y otro detrás de esta estatua; cada uno de ellos deberá tener el brazo levantado y estará adornado con plumas; además cada uno deberá tener dos caras: una de ellas de hombre y la otra de halcón; estos dos enanos deberán tener el vientre muy grande.

Después de este rito, el muerto llegará a ser un dios entre todos los dioses del Mundo Inferior; los Guardianes de las Puertas no podrán obligarle a retroceder, por toda la eternidad; su carne y sus huesos serán igual a los de un hombre que no ha pasado por la muerte; será capaz de beber agua en las fuentes de los torrentes; su morada estará en Sekht-Ianrú; llegará a convertirse en una estrella en la bóveda celeste; irá a luchar contra Nekou y Tar, esos demonios del Mundo Inferior; no será tomado prisionero ni atrapado por cualquier bestia que se arrastra, sino que al contrario, estará exento de todo Mal…