PARA VOLVER PERFECTO EL ESPÍRITU SANTIFICADO DEL DIFUNTO
¡Salve, oh dios! Que brillas y resplandeces
de pie en tu santuario. Tú das la alegría
de los incontables años a los que te aman.
Tú haces que terminen, según tu deseo,
las muchas Metamorfosis en la Barca de Khepra, de los Seres de luz.
Has derribado al demonio Apopi.
Y vosotros, oh hijos de Keb, ¡derribaréis a mis enemigos!
Sentados en la Barca de Ra ¡vosotros los destruiréis!
¡Horus cortará sus cabezas! Ellas se convertirán
en el Cielo como otros tantos pájaros que revolotean…
Sus partes inferiores se parecerán a animales de la Tierra,
a peces en los Lagos…
Todos los demonios, en verdad, machos o hembras,
yo los destruiré: a los que recorren el Cielo,
a los que habitan la Tierra y también a los que alcanzan las Estrellas…
Es así que Thoth, hijo de Aner, sale del Amenti
mientras yo le miro hacer, silencioso y mudo.
¡Ojalá este dios poderoso, gran degollador, espanto de los demonios,
pueda destrozarles, triturarles, barrerles de la vida!
¡Que él se purifique en la sangre de ellos!
¡Que se tome un baño en la sangre de los Demonios Rojos!
Él os destruirá a todos vosotros, oh demonios,
atacándonos desde su asiento en la Barca de Ra, su Padre.
¡Sabed que yo soy Horus, nacido en Isis!
Me ha alimentado Neftis con su leche.
(De la misma manera que esas diosas trajeron al mundo y alimentaron a Horus,
el que destruye a los demonios, aliados de Seth.)
¡Ah! Cuando observen en mi cabeza la corona de Ureret,
¡Pondrán sus rostros contra el suelo y me adorarán!
Los hombres y las mujeres, los dioses y los muertos,
los Espíritus santificados, ¡todos me miran
a mí, Horus, con la corona Ureret en la cabeza!
¡Y me adoran y caen con el rostro en el suelo!
Porque, en realidad, ¡yo vencí amis enemigos
en el Cielo superior y en el Cielo inferior,
frente a las Jerarquías divinas, frente a dioses y diosas!
RÚBRICA
Este conjuro debe ser recitado sobre la imagen de un Halcón, adornado con una corona blanca, y sobre las imágenes de los dioses Tum, Shu, Tefnut, Keb, Nut, Osiris, Isis, Seth, y Neftis; pintadas en color amarillo sobre una piedra sin labrar «Meth»; colocar estas imágenes en el interior de una «barca del Sol», junto a una figurita del difunto que se quiere santificar. Untar todos estos objetos con aceite de cedro, quemar incienso y asar aves. Todo esto es un acto de veneración hacia Ra en el transcurso de su navegación.
Cumplidos estos actos, el difunto estará con Ra todos los días, y los seguirá por todas partes a donde este dios se dirija; y realmente, continuamente y eternamente destruirá a sus enemigos.