PARA PODER CONDUCIR UNA BARCA EN EL MÁS ALLÁ
¡Salve, oh Estrellas de la Cadera[131],
vosotras que resplandecéis en el Cielo Boreal,
en medio del Gran Lago!
Vosotras que sois testigo de mi muerte,
¡Mirad!… Me presento ante vosotras
con la corona de un dios sobre mi cabeza…
He aquí que, después de haber traspasado el Portal de la Muerte,
me incorporo ante vosotras coronado lo mismo que un dios…
Mis poderosas alas me llevan más lejos…
De mi pecho sale
un grito agudo, similar al grito de un ganso salvaje.
Igual que un halcón planeo por encima de las nubes.
Yo vago por los inmensos Espacios de la Tierra y del Cielo.
Ya que habiéndome entrenado Shu,
me dotó de un vigor nuevo.
He aquí que los Espíritus luminosos,
en hilera a los costados de la Escalera del Cielo,
me marcan el camino; y los Planetas, en su curso
me transportan lejos de los lugares de las matanzas.
Los ataques del Mal son rechazados por mí
con las fuerzas que tengo ocultas.
Yo voy hacia ti,
¡Oh dios cuyo Nombre es: «Es él»!…
Tu Imagen va creciendo ante mí
a medida que tú vienes a mi encuentro.
He aquí que arribo ante el Lago del Fuego,
entre los Campos de Fuego…
Verdaderamente, este Lago de Fuego, estos Campos de Fuego
son los dos Manantiales de tu vida.
Con respecto a mí, me siento vivir,
estando cerca de este dios venerable…
¡Ah, he aquí al dios Kaa! Viene en su Barca,
trayendo cosas necesarias…[132]
Estoy parado en el puente de la Barca,
al timón
la guío a lo largo de la Superficie límpida de las Aguas…
Así como mi Verbo de Potencia no queda sin fruto,
así navego en esta Barca
siguiendo las órdenes de este dios.
Heme aquí que recorro los caminos celestes con mi Barca
abro las Puertas de los Santuarios…
Verdaderamente, me han sido concedidos los Campos de la Celeste Hermópolis a título de Herencia.