Conjuro XCII

PARA ABRIR AL ALMA Y A LA SOMBRA ACCESO A LA TIERRA

Yo me dirijo hacia la plena Luz del Día…

He aquí que los Sellos de la Muerte son levantados

que mi Alma ha roto los sellos

por mandato del Ojo de Horus.

Ahora, me convierto en la diadema radiante

que adorna las sienes de Ra.

Mis pies obedecen lo que les ordeno;

verdaderamente, grandes son mis zancadas,

mis piernas poderosas.

Yo soy Horus que venga a su Padre divino.

Mis Palabras de Poder son ofrendas

hacia mi Padre divino y hacia mi Madre divina.

Yo transpongo el camino gracias a mis piernas poderosas

contemplo la gran divinidad Sentada en la Barca de Ra…

Mientras tanto, en la proa de la Barca,

las Almas sufren el juicio,

de acuerdo al número de los Años…

¡Oh Ojo de Horus! ¡Pon en Libertad a mi Alma!

¡Ponía en la frente de Ra como si fuera una joya!

Con respecto a vosotros, demonios que tenéis prisioneros a Osiris,

¡Ojalá seáis hundidos en las Tinieblas!

¡Que mi Sombra no sea hecha prisionera por vosotros!

i Que mi Alma no sea capturada por vosotros!

¡Que se abra el camino para mi Alma y mi Sombra,

para que ambas puedan, el día le Juicio,

entonces pronunciaré las palabras mágicas de Osiris

contemplar al dios Grande en su santuario!

(Cuya morada es misteriosa y está oculta).

¡Oh vosotros, demonios que tenéis prisioneros los miembros dispersos de Osiris,

que capturáis a los Espíritus santificados

¡Sabed!

Sabed que, verdaderamente, el Cielo no me tendrá cautivo,

¡Ni la Tierra podrá aprisionarme en sus entrañas!

No me someterá el poder de los demonio-verdugos.

Mis piernas me obedecen;

aquí voy hacia mi cadáver que está en la Tierra.

¡Ojalá pueda salvarme de los demonios

que han aprisionado los miembros de Osiris!