Conjuro LXXXIV

PARA SER TRANSFORMADO EN GARZA REAL

Yo controlo y someto las Fuerzas Animales.

Yo he cortado las cabezas de las Esmeraldas centelleantes,

las de las largas cabelleras ensortijadas…

¡Oh vosotros, viejas divinidades; vosotros, Espíritus antiguos,

dueños de los Ritmos del Universo[119]

¡Comprended que mi poder es tan inmenso como el Cielo!

¡Que del mismo modo que en otro tiempo derroté a mis enemigos en la Tierra,

así los derrotaré en el Cielo!

Yo soy puro, ahora. De un paso

recorro el Cielo, marcho hacia

aukert y hacia Hermópolis[120]

Dejo atrás, lejos,

a los dioses que recorren los caminos…

Yo doy ánimo a la vigilancia de las divinidades

que velan en el fondo de sus santuarios.

¿Acaso el dios Nu me es desconocido?

¿Acaso no conozco al dios Tatunen[121]?

¿Me son desconocidos los Demonios Rojos,

esos que de pronto salen de sus refugios

y se oponen con violencia a los dioses?

¿Desconozco las Palabras mágicas

que les he oído pronunciar?

Yo soy aquel que ha degollado al Toro Sagrado,

del que las Escrituras hablan…

Los dioses al verme exclaman:

«¡Sea bienvenido este Ser poderoso!

¿Cómo oponemos a su avance?»

(Verdaderamente, en mi Ser

están ocultos los Ritmos sagrados del Universo:

¡No podría repetírselo al dios Hu!)

Al pasado pertenecen mis acciones malas;

a medida que voy hacia delante,

la Verdad-Justicia brilla en mi frente.

Aquí llega la Noche…

Y el Héroe de la Fiesta

está ahora inerte,

tendido sobre la tierra, muerto.

Es «el Antiguo de los Días»

El que la Tierra guarda en sus entrañas…