Conjuro LXXIX

PARA SER TRANSFORMADO EN PRÍNCIPE DE LOS DIOSES

Yo soy Tum que ha creado el Cielo

y ha hecho nacer la Vida en los seres de la Tierra.

Así es que camino, engendrando seres,

dando vida a mis Hijos, los dioses,

y engendrándome yo mismo…

¡Salve oh Señor de la Vida, Seres puros,

formas misteriosas de santuarios ocultos!

¡Salve, oh dioses de Tenait[113]

Y vosotros, dioses del Circuito de las Regiones frías!

¡Salve, oh dioses del Amenti,

y vosotros que vivís en las lejanas profundidades de los Cielos!

Observad: estoy llegando hasta vosotros, vuelto Alma y Espíritu puro…

En verdad, ¡soy un dios en todo su vigor!

Un dios entre los dioses que me rodean…

Os he traído perfumes e inciensos

y destruyo el nefasto influjo de vuestras bocas.

Llego aquí para destruir y hacerme dueño del Mal

que habita en nuestros corazones

y para dejaros libre de los pecados que os sorprenden.

Observad: os traigo los supremos bienes:

¡La Verdad y la Justicia!

Yo os conozco y conozco

vuestros Nombres ocultos, vuestras Formas misteriosas

que nadie conoce.

Es así, ¡oh dioses!, que yo soy un dios entre vosotros,

y que soy coronado dios entre los hombres.

Izado sobre un pavés,

soy vigoroso y poderoso entre vosotros,

lanzando gritos de alegría los dioses vienen a mi encuentro

y me dirigen súplicas las diosas.

Camino hacia vosotros, ¡oh dioses! coronado como vuestras dos Hijas[114],

y ocupo mi puesto en la Casa de los Dos Horizontes.

Recibo en mi altar, hacia la Tarde, ofrendas sepulcrales

y con vosotros comulgo a través de los sacrificios líquidos.

Así es que, caminando en medio de los gritos de alegría

saludo a los dioses del Horizonte y los adoro;

porque yo soy el Señor de los Seres Perfectos…

Me saludan los dioses con sus gritos

igual que a una divinidad sagrada del Gran Santuario

que dejando libre mi Ser de las Entrañas del Cielo,

aparezco ante sus ojos

cuando Nut, mi Madre celestial, me da vida

para otra existencia, en los Mundos del Más Allá.