Conjuro XXXIX

PARA RECHAZAR AL DEMONIO APOPI

¡Retrocede! ¡Aléjate de aquí, oh Apopi[65]

O serás asfixiado en las honduras del Lago del Cielo,

allí donde tu Padre celestial había ordenado que murieses.

¡Aléjate del sitio donde vio la luz Ra!

¡Ciertamente, sientes un gran temor!

¡Obsérvame!, yo soy Ra, ¡siembro el terror!

¡Retrocede pues, demonio,

ante los rayos de mi Luz que te lastima!

Los dioses destrozan tu pecho;

la diosa de cabeza de Lince te impide todo movimiento;

la diosa de cabeza de Escorpión

vuelca sobre ti su copa destructora;

la diosa Maat te impulsa lejos de su senda.

Desaparece, pues, Apopi, tú, adversario de Ra.

Desearías surcar las Regiones Orientales del Cielo

esparciendo la destrucción entre truenos…

Pero de pronto Ra abre las Puertas del Horizonte,

en el instante mismo en que Apopi aparece;

y éste se hunde al verse atacado y destrozado.

¡Oh RA, yo ejecuto tus designios!

Yo actúo con el objeto de lograr la futura paz de Ra;

yo preparo tus cuerdas, ¡oh Ra!

Y he aquí que las tiendo…

¡Apopi ha sido derribado! ¡Es atado y encadenado

por las divinidades del Sur, del Norte, del Este y del Oeste!

Todas ellas lo encadenan…

Ra está conforme ahora…

En paz cumple sus revoluciones celestes.

¡Apopi ha sido abatido! ¡Se aleja el enemigo de Ra!

El dolor que ha infligido la diosa Escorpión,

¡Mucho has sentido!

¡Sufres mucho ahora!

¡Ciertamente, ha actuado poderosamente contra ti!

Serás eternamente emasculado, ¡oh, tú, Apopi! adversario de Ra.

¡No gozarás ya de los placeres del amor!

¡Ra te lleva a retroceder! ¡Te detesta!

¡Ahora te observa!… ¡Retrocede pues Apopi!

Corta mil veces tu cara, te golpea la cabeza,

fractura tus huesos, secciona tus miembros;

pues ciertamente, esta Región es ¡su propio dominio!

Tú, Apopi, enemigo de Ra,

has sido condenado por el dios Aker[66].

Los Espíritus divinos de tu séquito, ¡oh Ra!

Calculan y sepultan tu ruta y al avanzar,

logran que exista paz cerca de ti…

Ora te detienes, ora reemprendes tu Viaje;

y tu Ojo avanza también irresistiblemente.

¡Qué no escuche yo de tu boca solo juicio negativo!

¡Que me sea favorable tu Ojo divino!

Pues soy Seth, el que desencadena las tempestades del Cielo,

tal como lo hace Nedjeb-ib-f…

Heme aquí: Tum dice:

«¡Recomponed vuestro calor, oh soldados de Ra!

¡Observad cómo yo destruyo al demonio Nedja!

¡Cómo lo he arrojado de la vista de los dioses!»

Keb dice: «¡Mantenéos quietos en vuestros Tronos

en la Barca de Kepra!

Empuñando la lanza, ¡forzad el paso!

Hathor dice: «Empuñad vuestros cuchillos»

Nut dice: «¡Venid conmigo! Rechacemos al demonio Nedja

que ha penetrado en los santuarios

del señor del Universo, ese Viajero solitario…»

En tanto las Jerarquías celestes sus circuitos

rodeando al Lago de Esmeralda.

¡Venid!, ¡Adoremos a la Gran Divinidad! ¡Liberémosla!

Todas las Jerarquías celestes se salieron de su santuario

¡Adorémoslas! ¡Venerémoslas!

¡Venid todos juntos a mis preces!

He aquí a Nut que dice de mí al más dulce de los dioses:

«¡Observa cómo avanza! ¡cómo busca y halla su Vía».

Entonces los dioses me toman y estrechan en sus brazos.

He aquí a Keb que avanza con todo su todo-poder.

Las Jerarquías también se adelantan para unirse a Hathor

que al mismo tiempo esparce el terror.

Ciertamente, ¡Ra ha abatido a Apopi!