Conjuro XXVIII

PARA QUE EL CORAZÓN NO LE SEA ARREBATADO AL DIFUNTO

¡Salve, oh dios de la doble cabeza de León,

¡Mírame! ¡yo soy una Planta en flor!

¡Por tal causa el cadalso me horroriza!

¡Ojalá que mi corazón no sea desgajado de mis entrañas

por los dioses de Heliópolis que luchan ávidamente!

¡Oh tú, espíritu benefactor que ornaste con vendillas

la momia de Osiris;

tú que enfrentaste, heriste y abatiste a Seth,

¡Obsérvame! Mi corazón que llora ante Osiris Rogando está por mí…

He aquí que, en el Templo del dios del rostro terrorífico,

le he ofrendado todo lo que anhelaba;

y en Khemenú me he apoderado de ofrendas para él.

¡Oh Espíritus! ¡No me arrebatéis ya más mi Corazón,

pues permito tu acceso a mi morada

con el fin de que pronto podáis llevar

este Corazón con vosotros

hacia los Campos de los Bienaventurados…

Hacedle vigoroso, ¡libradle

de todos cuantos puedan horrorizarle!

No le quitéis el alimento espiritual que está en vuestro poder,

pues mi Corazón ha respondido a los designios de Tum

y masacrado a sus adversarios en las guaridas de Seth…

Que este Corazón «hati» que está aquí

no reemplace al corazón «ib»

Ante los dioses del Mundo Inferior.

Y el que halle una de mis piernas

o vendillas que hayan sido de mi Momia,

¡Que le sea permitido enterrarlas con esmero!