PARA ENTRAR EN EL MUNDO INFERIOR Y PARA SALIR DE ÉL[22]
Comienzan aquí los himnos de adoración que deben pronunciarse cuando el difunto fuera ya (del cuerpo) entre en el glorioso Mundo Inferior y en la bella Amenti (o sea): cuando asomando a la Plena Luz del Día, puede expresarse a voluntad en todas las formas de la Existencia. Entonces, alojado en una sala, podrá jugar a las damas o quizá realizará, por su cualidad de alma viviente, extensos viajes. Y dirá:
Yo soy el dios Tum,
solitario de los amplios Espacios del Cielo;
soy el Dios Ra
elevándose al alba de los Tiempos Antiguos,
similar al Dios Nu[23].
Soy la Gran Divinidad
que procrea a sí misma.
Los poderes misteriosos de mis Nombres
crean las jerarquías celestes
los dioses no se oponen a mi progresión;
pues yo soy el Ayer
y conozco el Mañana,
el cruel combate que libran los dioses,
unos contra otros,
es de acuerdo a mis voluntades.
Sé el Nombre misterioso
de la gran Divinidad que está en el Cielo;
soy el Gran Fénix de Heliópolis[24];
soy el que guarda el Libro del Destino,
donde se escribe todo lo que fue
y todo lo que será.
Soy el Dios Amsu en el momento en que se hace presente[25];
y las dos Plumas de la diosa Maat
engalanan mi cabeza.
He aquí que arribo a mi Patria de origen[26];
y aguardo el lugar de mi morada definitiva.
El Mal que habitaba en mí
ha sido extirpado con sus raíces.
Mis defectos y mis vicios han sido barridos.
Yo recorro las Sendas del Más Allá…
Ciertamente, me son conocidas.
Mi marcha sigue al dirección
de la Ordenación de los Mundos.
Ahora, arribo al país del Horizonte,
cruzo el Portal sagrado…
¡Oh dioses! ¡Vosotros que os dirigís a mi encuentro,
extended vuestros brazos hacia mí!
Pues conseguí ser un dios, ¡vuestro igual!
Cuando el Ojo divino[27],
en la Batalla de Horus con Seth
estaba por extinguirse,
yo restituí su vigor.
Y ordené los Circuitos celestes
luego de un gran Desmoronamiento de los Mundos…
Ayer vi nacer a Ra,
cuando emergía de las profundidades del Cielo.
¡Entonces su fuerza es mi fuerza!,
pues, realmente, soy un Espíritu poderoso
entre los que circundan a Horus…
¡Oh guardianes del Orden de los Mundos, Salve!
Vosotros, Jerarquías divinas que circundáis a Osiris,
que destruís el Espíritu del Mal,
y vosotros, servidores de la diosa Hotep-Sekhus[28]
Permitidme alcanzaros. ¡Destruid el Mal que se aferra a mi Alma!
(Como purificasteis a los siete Espíritus
obedientes a su Señor, Sepa[29].)
He aquí a Anubis que ordena sitios para ellos
durante este gran Día cuyo nombre es:
«¡Por aquí, ven!»
Yo soy aquel cuya Alma mora
en la doble deidad Djafi[30]
Yo soy ese gran Gato divino[31]
Que cortó el Árbol sagrado de Heliópolis
en la noche de la destrucción
de los demonios, esos enemigos de Neberdjer[32]
¡Oh Ra! Tú que resides en el Huevo Cósmico,
que resplandeces como Oro puro
en tu Disco solar,
que asciendes por sobre el Horizonte
y navegas por un Cielo de bronce,
¡Tú, inigualable, único entre los dioses!
El Cielo sostenido por los Pilares del dios Shu,
tú lo recorres en toda su extensión…
Un hálito de Fuego emerge de tu Boca
y tus gloriosos Espíritus alumbran las dos Tierras…
¡Oh Ra! ¡Presérvame de ese demonio!
Que tiene su faz oculta tras un velo
(Los Brazos de la Balanza son tus dos cejas,
cuando en la Noche fatal
mis pecados antes de ser destruidos
serán computados.)
¡Presérvame de esos Espíritus-Guardianes
provistos de largos cuchillos
y cuyos dedos hacen tanto mal!
Yo sé: la mortandad de los servidores de Osiris es su placer…
¡Que carezcan de fuerza para conmigo!
¡Que no me lleven hacia sus calderas!,
pues yo sé vuestros nombres, ¡oh dioses!,
como sé quién es el Ser divino
oculto en los dominios de Osiris,
cuyo Ojo
(Bien que el mismo se mantenga invisible y velado)
Reluce en el Cielo.
Rodeado por una envoltura de fuego
que emerge de su boca
anda por el Cielo dando órdenes
al dios del Nilo celeste;
y no obstante se mantiene invisible…
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¡Logre yo ser fuerte en la Tierra,
junto al Ra!
¡Logre arribar en paz hacia mi Puerto de amarte,
junto a Osiris!
¡Logre, oh dioses, hallar puras en vuestros altares
las ofrendas que me son destinadas!
Porque yo soy de los que van tras Osiris…
Y el «Libro de las Metamorfosis» dice:
«Yo vuelo como un halcón,
grito como un ganso salvaje;
como Neheb-Kau, nunca pereceré[33]».
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¡Oh R-Tum, Príncipe de los dioses!
Tú que siempre contemplas la inmensidad del Espacio,
guárdame de este demonio
cuyo rostro se parece al de un can,
pero cuyas cejas se asemejan a las de un hombre…
Él monta guardia en los canales del Lago del Fuego,
él devora los cadáveres;
él acuchilla los corazones y arroja inmundicias…
Y sin embargo, Él permanece invisible…
¡Oh tú, poderoso Señor de las dos Tierras,
amo de los Demonios Rojos!,
sé que dominas los sitios de las ejecuciones
y que los intestinos de los difuntos son tu comida preferida…
¡Aléjate!
Ahora, la Corona Real acaba de colocarse en la cabeza
de cierta deidad de Heracleópolis[34]
Primera entre los dioses,
el día de la Reunión de las Dos tierras ante Osiris[35];
¡Oh dios de la cabeza de Camero,
señor de Heracleópolis,
destruye el Mal que se prende a mi Alma!
Guíame por los Senderos
de la Vida Eterna!
¡Presérvame de este Espíritu demoníaco
que atisba en las Tinieblas!,
porque se adueña de las almas y engulle los Corazones.
Se alimenta de inmundicias y de todo lo putrefacto.
Las Almas cálidas e indefensas
le temen…
¡Oh Khepra, tú que remas en la Barca celeste[36]!
Las jerarquías divinas que forman tu cuerpo
se descubren ante mis ofuscados ojos.
¡Oh Khepra! ¡Presérvame de los Espíritus
que ejercen custodia en la proximidad de los Condenados!
Porque éstos le fueron dejados por Osiris
con mandato de velar sobre sus enemigos,
de atarlos y matarlos en sus dominios.
¡No es fácil, ciertamente, huir de esos vigilantes!,
¡Que no me atrapen sus cuchillos!,
¡Que no sea entregado indefenso
a sus cavernas de tortura!,
pues ciertamente nada hice
de lo que los dioses abominan;
y fui lavado de todos mis pecados
cuando penetré en Mesket[37].
En el Tehenet, ya en la tarde, gozo con mi cena;
tum erige mi morada.
Y quien dibuja los planos
es el dios de doble cabeza de León.
Es así que me alcanzan perfumes sagrados;
horus es purificado, Seth cubierto de incienso;
yo soy aceptado en esta Tierra
y tomo posesión de ella con mis propios pies.
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Yo soy el dios Tum.
Llego a mi patria de origen…
¡Retrocede, pues! ¡Retrocede, oh León Rehu!
Llamas emergen de tu boca;
tu cabeza la circunda el fuego;
pero por la fuerza de mi Palabra
¡Serás repelido!
¡Sabe que estoy alertado!,
¡Que soy invisible!
Isis se dirige a mi encuentro,
derrama su densa cabellera sobre mi rostro…
Ahora percibo mi concepción por Isis y mi engendramiento por Neftis.
Estas dos diosas acosan a mis enemigos.
Me sigue mi Potencia acompañada del Terror.
Mis fuertes brazos siembran el pánico.
.Incontables Seres plenos de amor y de esperanza
me rodean por todas partes…
Separo las multitudes de los Espíritus enemigos
y me adueño de las armas de los demonios.
Isis y Neftis dan a mi vida dulzura y dicha.
En Kher-aha y en Iunu[38]
Dirijo el acaecer de las cosas a mi capricho.
Doy miedo a todas las deidades;
porque yo soy muy grande;
¡Mi autoridad es enorme!
Arrojo mis flechas contra todos los que blasfeman;
vivo como me parece:
pues yo soy la diosa Uadjit, dueña de la Llama[39],
¡Ay de los que se subleven contra mí!