UN HIMNO A LA GLORIA DE RA
¡Salve, oh, Ra!
Como Tum te elevas sobre el Horizonte;
y como Horus-Khuti culminas en el Cielo[21].
Tu belleza alegra mis ojos
y tus rayos dan luz a mi Cuerpo en la Tierra.
La paz se expande por los vastos Cielos,
cuando navegas en tu Barca Celeste.
He aquí que el viento impulsa las velas y regocija tu corazón;
cruzas al Cielo con ligera marcha.
Son abatidos tus enemigos
y la paz te rodea.
Los Genios planetarios recorren sus órbitas
cantando tu gloria.
Cuando detrás de las montañas del Oeste,
bajas en el Horizonte,
los Genios de las estrellas fijas
te adoran hincándose ante ti…
Al alba y por la tarde, es grande tu Hermosura,
¡Oh tú, Señor de la Vida y del Orden de los Mundos!
¡Gloria a Ti, oh Ra, cuando te elevas en el Horizonte,
y cuando como Tum, por la tarde te acuestas!
¡Pues ciertamente, tus rayos son bellos
cuando desde la cumbre de la Bóveda celeste
te dejas ver en todo tu esplendor
es allí donde vive Nut que te trajo al Mundo…
He aquí que eres coronado Rey de los dioses.
Nut, tu Madre, diosa del Océano celeste,
se prosterna, adorándote a ti.
El Orden y Equilibrio de los Mundos, de ti fluyen.
Cuando partes, desde la mañana hasta la tarde, al llegar,
culminas por el Cielo a grandes pasos.
Tu Corazón se regocija y el Lago Celeste queda en paz…
¡Abatido en el Demonio!
¡Sus miembros y vértebras son cercenadas!
Favorables vientos impulsan tu barca hacia el Puerto.
Eres adorado por las cuatro Regiones del Espacio.
¡Oh tú divina Sustancia
de la que fluyen todos los Seres y las Formas!
He aquí que has emitido una Palabra;
y callada, la Tierra te escucha…
Tú, única Divinidad, reinabas ya en el Cielo,
cuando no era aún la Tierra con sus montañas…
¡Tú, el Señor! ¡Tú, el Rápido! ¡Tú, el único!
¡Tú, el Creador de lo existente!
Tú has modelado la lengua de las Jerarquía divinas;
tú has quitado los Seres del Primer Océano
y los has salvado en una Isla del Lago de Horus…
¡Que pueda yo respirar el Aire cerca de tu Nariz
y el Viento del Norte que envía Nut, tu Madre!
¡Oh, Ra, dígnate a consagrar mi Espíritu!
¡Oh, Osiris! ¡Reintegra a mi alma su naturaleza divina!
¡Gloria a ti, oh señor de los Dioses!
¡Sea alabado tu Nombre!
¡Oh Artífice de Obras admirables!
Esclarece con tus rayos mi Cuerpo
que descansa en la Tierra
por toda la Eternidad…