Capítulo XXV

Dave y Della Rogan estaban sentados en el sofá del salón con artesonado de madera de ciprés viendo la televisión cuando se interrumpió la emisión con un boletín local de noticias en el que se hacía saber que el jurado de acusación había dejado en libertad a Mort Dellman con el veredicto de muerte accidental.

—¿Pero cómo pudieron llegar a tal decisión? —preguntó Della.

—Mort se apoyó indudablemente en el derecho consuetudinario en lo referente al disparo contra Paul y el jurado debe haber supuesto que Lorrie interceptó la trayectoria de la bala. Es un veredicto muy discutible, pero creo que es el mejor para todos los interesados. Ahora todo puede volver otra vez a la normalidad.

—Salvo Mort, que tiene cien mil dólares más.

—Ha conseguido mucho más. Corre el rumor de que Jake Porter le dio doscientos mil dólares por renunciar a la custodia de los hijos y permitir que el anciano los adopte.

—¿Así que Mort salió mejor que todos los demás?

—Creo que tienes razón, aunque conseguir la unión de Joe y Maggie tiene mucha importancia para mí y aún más para ellos. Emprenderán un crucero alrededor del mundo el primero de octubre. Me lo dijo Maggie cuando la vi esta tarde. Quien me preocupa es George Hanscombe.

—¿Por qué? Si hubiera pedido a Grace que se quedara, creo que ella lo hubiera hecho.

—Tal vez, pero George es un buen médico y sabe que no sería lo mejor para Grace, después que la diabetes desapareció casi hace unos días. La deja ir a Inglaterra porque la ama lo suficiente para ver lo que más le conviene.

—Siempre puede regresar.

—George confía en eso, pero yo opino que no lo hará. Grace no me consultó jamás y probablemente no hubiera podido ayudarla si lo hubiera hecho. Hay muchos puntos de frustración entre ella y George y han rebasado ya hace mucho tiempo la edad de veinticinco a treinta años para hacer cambios básicos en su enfoque hacia la vida y en las relaciones entre ambos. Grace puede adaptarse. Después de todo, tendrá lo suficiente para vivir cómodamente y estará en Inglaterra donde tiene parientes, pero la vida de George ha sido dispuesta durante tanto tiempo en compartimentos estancos, que será difícil para él.

—¿Crees que seguirán liados Pete y esa enfermera?

—Esa enfermera, como tú la llamas, es una mujer extremadamente eficiente y hermosa, cariño. Como George, Helen ama lo suficiente a Pete para renunciar a él. Siempre he creído que a la larga Pete volvería una vez que se diera cuenta de lo débiles que son las defensas de Amy.

—¿Y nosotros, Dave? ¿Qué ocurrirá con nosotros?

Movió su brazo para atraerla más cerca de sí.

—Estoy seguro que no nos tocó la bala de Mort —bostezó—. Es ya hora de acostarse. ¿Qué te parece si mañana vamos a la iglesia por la mañana y luego damos un paseo en coche por el lago a la hora de la cena? Los niños volverán el martes y se habrá acabado la tranquilidad por aquí por un tiempo.

Al pie de la escalera, Della giró hacia donde él estaba comprobando el pestillo de la puerta frontal.

—Dejé de tomar la píldora hace un par de días, Dave —dijo sin darle importancia.

Él sonrió y la mirada de sus ojos incrementó el ritmo de sus palpitaciones.

—¿Qué día de tu ciclo es hoy?

—El trece o el catorce. No he prestado mucha atención a eso desde hace tiempo.

—Tal vez no lleguemos a tiempo este mes, pero vale la pena probarlo. El mes próximo tenemos que aprovechar la fecha de la ovulación. Ve subiendo. Prepararé unas bebidas y las llevaré a la habitación.

«Voy a divertirme pintando la cuna que ha estado almacenada arriba en el ático más de diez años», pensó mientras mezclaba el whisky con cerveza, «casi tanta diversión como tener un crío correteando de nuevo por la casa».