Capítulo 55

Examen retrospectivo de un método de extorsión de éxito. Habían pasado tres meses desde que Jorge había recibido las cinco fotos de los hombres poderosos. Le dio las gracias a Richard, el friki de los ordenadores, con toda su alma. Sorprendido de que el tío no hubiera solicitado participar en el cotarro. No se planteó en ningún momento llevar adelante el chantaje junto con J-boy.

Jorge había recibido las fotos impresas en papel fotográfico. La calidad seguía sin ser de primera pero se veía mejor quiénes eran y lo que estaban haciendo.

Escribió una carta para adjuntarla, se esforzó con el sueco:

La fotografía adjunta se le hizo en la fiesta de Sven Bolinder en marzo. Se le enviará a su esposa dentro de diez días. Para evitar que esto suceda, ingrese 50.000 coronas en la cuenta número 5215-5964354 del SEB como máximo dentro de una semana a partir de hoy.

Jorge se había puesto en contacto con un viejo yonqui. Había hecho que el tío abriera una cuenta en el SEB. El se quedó la tarjeta del cajero y el número secreto. Sacaría el dinero ingresado lo antes posible.

Funcionó de puta madre.

Los cuatro viejos —uno salía en dos fotos— ingresaron la pasta dócilmente. Jorge no podía extorsionarlos a todos a la vez, puesto que la tarjeta tenía un límite de dinero disponible. Le metía mano a uno cada dos semanas.

Después de dos meses: J-boy doscientas mil coronas más rico.

El asunto más fácil de la ciudad.

Pobres diablos, no sabían que iba a volver.

Esperaba que Radovan se enterara de que alguien estaba jodiendo. Que alguien sabía a qué se dedicaba.

Abdulkarim metía presión.

—Tienes que organizar estructura. Conseguir más vendedores. Pronto viene un cargamento como de George Jung[90].

Por fin, Abdulkarim le había dado información sobre el cargamento a Jorge. Se trataba de farla, claro. Muchos kilos, según el árabe, al menos cien. ¿Sería verdad? En ese caso, era el alijo más grande del que Jorge había oído hablar. Sus antiguos colegas de Österåker se desmayarían si lo supieran.

Habían cesado los comentarios sobre los asesinatos del burdel. Bullían otros rumores. Guerra dentro de la mafia yugoslava. Rebelión contra Radovan. Deserciones en la organización. ¿Qué implicaba para el proyecto de venganza de Jorge?

Unos días más tarde se enteró por Fahdi de quiénes eran los que habían dejado la organización: Mrado y Nenad. La casualidad le jugaba una mala pasada. Eran justo esos dos hombres los que estaban en segunda y tercera posición en su lista de odio, tras su antiguo jefe, Radovan. Mrado por el dolor. Nenad por Nadja.

A mediados de junio le llamó el friki de la informática. El tío había tardado lo suyo. Le echó la culpa a un campeonato de CS. Jorge pensó: Counter Strike, ¿qué más da? Deberías haber llamado antes.

Jorge intentó meterle presión. Sólo le iba a haber llevado unas semanas, y le había llevado dos meses. Pero no había mucho que pudiera hacer.

De todas maneras ya era el momento.

Recogió el ordenador en casa de Richard, el friki, ese mismo día.

Jorge, eufórico de camino hacia allí. Quizá había cosas en el portátil que pudieran hacerle ganar más pasta.

Subió por Lundgatan.

Llamó a la puerta de Richard.

Entró.

—Oye, yo no te conozco y no tengo ni idea de a qué te dedicas. Que lo sepas.

A Jorge el comentario le pareció extraño.

—¿Qué quieres decir?

—Nada en realidad. Sólo pensaba en el contenido del ordenador. Algunas cosas son, cómo lo diría, bastante tremendas.

Jorge sólo quería que le diera el ordenador y el contenido.

—Tranquilo, chaval. ¿Es que quieres más pasta?

—¿Pasta? No, sólo quería advertirte. Para que no te metas en líos.

Jorge no sabía qué esperar.

Le dio las gracias por la ayuda. Pagó. Se largó.

De camino a casa le dieron ganas de abrir el portátil en el mismo tren de cercanías. Se contuvo. Era mejor esperar.

En casa en Helenelund. Se sentó en el sofá.

Abrió el ordenador. La imagen del fondo de la pantalla: un ancho prado verde y cielo azul.

Miró el escritorio; no había demasiados iconos. Mi PC, la papelera de reciclaje, dos juegos de ordenador: Battlefield 1942 y The Sims; iTunes, Excel y el reproductor de Windows Media. Una serie de carpetas.

Empezó a revisar el interior de las carpetas, una a una.

Posteriormente pensó: si hubiera sabido lo que iba a encontrar, quizá no hubiera mirado.

Otra carpeta contenía páginas bajadas de Internet con imágenes de armas.

Una carpeta contenía archivos mp3.

La tercera carpeta: trucos para los juegos en inglés.

En la cuarta carpeta había nombres de chulos, sus alias y contraseñas. Al menos trescientos nombres. Jorge revisó la lista. Sobre todo vikingos, pero también algunos pateros. Fahdi también estaba. Jorge ya conocía su alias. Abdulkarim también estaba. Jet-set Carl también estaba. Los otros nombres no los reconoció Jorge; había que revisarlos más detalladamente. Una mina de oro en potencia.

Siguiente carpeta: borrador de la página web en la que se anunciaba el burdel. Fotos de mujeres. Textos cortos. Número de teléfono. Jorge pasó las imágenes. Chicas que posaban en habitaciones vacías con luces intensas. Encontró dos fotos de Nadja. Abandonada. Sola. Vulnerable.

La lista de nombres era buena. Las fotos de Nadja fueron duras de ver pero no devastadoras. Eso lo era el contenido de la última carpeta, un archivo MPEG que le hizo devolver.

Lo más enfermizo, lo más repulsivo que había visto.

Duraba cinco minutos. Lo suficiente para tener pesadillas toda la vida.

La escena de apertura: una habitación, luz fría, una mesa.

Dos hombres con pasamontañas arrastraban a una persona con una bolsa de tela sobre la cabeza. A juzgar por el cuerpo, era una chica.

Uno de los hombres: chaqueta de cuero oscura, cachas. El otro: con traje. Ambos hablaban en serbio.

Pusieron a la chica sobre la mesa a la fuerza. Con las manos atadas a la espalda. Se resistía todo lo que podía.

El grandullón le quitó la bolsa de tela. Una chica, hecha un mar de lágrimas. Rubia, aspecto nórdico. Gritó en perfecto sueco: ¡Soltadme, cerdos! Siguió dando berridos. Jorge no entendía todas las palabras. El grandullón dijo algo. Le pegó en un lado de la cabeza. Jorge reconoció su voz. Era Mrado. El tío trajeado le acarició la mejilla. Ella le miró a la cara, gritó. Unos segundos caóticos. La chica volvió a gritar: ¿Cómo coño pude estar contigo? Mrado sacó un revólver. Le metió el cañón en la boca. Ella se calló. El acero chirriaba contra sus dientes. Lloraba. El tío de la americana parecía cabreado. Le echó una bronca a la chica. No volverás a escupirme nunca más, puta de mierda. Se desabrochó los pantalones. Le arrancó a ella los suyos. Ella, tumbada inmóvil. El revólver aún en la boca. El hombre de la americana se sacó la polla. Obligó a la chica a tumbarse boca abajo. Mrado, con el cañón apoyado en la nuca, en lugar de en la boca. El tío de la americana la violó. Empujaba. Ritmo más rápido. Continuó durante dos minutos. Jorge vomitó. Había visto montones de pelis porno; pero esto era de verdad. El tío de la americana terminó. La chica, destrozada. Mrado levantó el arma. Miró a la cámara. Se le veían los ojos por los agujeros del pasamontañas. Dijo en sueco: Una advertencia para los que estéis pensando en jodernos. El último minuto. Levantaron a la chica hasta una silla. Los pantalones aún bajados. Mrado la golpeó en el estómago, en los brazos, en la cara. Las gotas de sudor salían volando. La sangre salía volando. Le rompió una ceja. Le rompió los labios. Las orejas inflamadas. Colgaban jirones.

La película terminaba de manera abrupta.

A Jorge la chica le recordaba a alguien, pero no identificaba a quién.

Lo único bueno: la repugnancia del vídeo. Debería ser una prueba de cojones contra Mrado. El tío iba a lamentar durante cien años haber apaleado a J-boy.

Por la noche.

Jorge no podía digerir la película MPEG. Supuso que se había utilizado como propaganda disuasoria para las putas que alteraran el orden. Comprobó el archivo con más detalle; la película era de hacía aproximadamente cuatro años. ¿Ponían el mismo trailer una y otra vez?

Una parodia de sueño. Primero no conseguía dormirse. Cuando se dormía se despertaba varias veces cada hora. Fue al baño. Tuvo pesadillas. Le recordaba a las noches anteriores a la fuga de Österåker.

Estaba hecho una mierda. Vale ver porno y tan contentos, pero no violar y apalear en vivo delante de la cámara.

¿A quién le recordaba la chica violada?

Rebuscaba en la memoria.

Se sentía a gusto por haber acribillado al chulo y a la madame.

Ahora les tocaba a Mrado, el otro tío de la película y Radovan.

Los iba a machacar.

J-boy os está pisando los talones.

Por la mañana se tomó un café cargado. Tenía que ponerse en marcha. Tenía que olvidar. Era el gran día de Abdulkarim.

Iba a llegar el gran cargamento.

Jorge participó en los preparativos; iba a vigilar el envío junto con JW. Desde Arlanda hasta las naves de almacenaje refrigeradas.

En una hora se reuniría con Abdulkarim, Fahdi y JW para planificar.

Era una pasada. Lo que había visto en la película la noche anterior era más fuerte. Pero había que concentrarse.

El cargamento llegaría pronto.

* * *

¡ATENCIÓN! ¡URGENTE!

Confidencial.

Atn: inspector Henrik Hansson. Grupo especial

Número de fax: 08-670 45 81

Fecha: 22 de junio

Número de páginas (incluida ésta): 1

Asunto: operación Nevada, proyecto Nova

Se inicia la Operación Nevada

La operación Nevada se inicia mañana a las 10.00. Todas las unidades se reunirán en Bergsgatan, sala 4 D, para una sesión informativa interna.

Breves antecedentes

Johan Karlsson, infiltrado desde hace tiempo dentro del marco del proyecto Nova (bajo el nombre de Micke), tiene informaciones de que el objetivo planifica la recepción de un cargamento de cocaína muy grande. El cargamento llegará a Arlanda en el vuelo B 746-34 de Londres a las 8.00 horas de mañana. A continuación se llevará dentro de contenedores en camiones de la compañía de logística Schenker Vegetables a las naves de almacenaje refrigeradas de Västberga. El lugar exacto de la descarga no está confirmado por el momento.

Acciones planeadas

Hay muchas posibilidades de que varias de las personas de mayor rango dentro de la red mafiosa yugoslava de Estocolmo se encuentren presentes en la recepción del cargamento de cocaína. Por lo tanto, según las instrucciones actuales, la operación Nevada se esperará a realizar acciones hasta que sea posible capturar al mayor número de esas personas como sea posible. Actualmente trabajamos en la recopilación de información exacta sobre la hora de la descarga y en breve volveremos a informar sobre este extremo.

Las fuerzas de operaciones especiales, la dirección de investigación del proyecto Nova así como el grupo de narcóticos forman parte de la operación Nevada. Este fax se envía a todos los jefe de mando y de sección.