[1] Cfr. Séneca, La tranquilidad del ánimo, 10, 6. <<
[2] Caso del emperador Carlos V, que abdicó en 1559, o, antiguamente, de Diocleciano (ya aludidos en II, 8). <<
[3] Julio César habría dicho ante un pobre aldea en los Alpes: «Preferiría ser el primero aquí que el segundo en Roma» (Plutarco, Máximas de romanos, 206b, trad. M. López Salva, Madrid, 1987; cfr. idem, César, 11, 3-4). Perigús o Périguenx es una pequeña ciudad en el Perigord, no muy lejos de Montaigne. <<
[4] Cfr. Cicerón, El bien y el mal supremos, II, 20, 63-66. Para Cicerón, Torio representa el ideal voluptuoso del epicureismo (con la irreligiosidad como componente importante); Régulo, que asumió una muerte atroz para mantener la palabra dada al enemigo, encarna por su parte la virtud. A juicio del Arpinate, la vida virtuosa, y no la meramente placentera, proporciona la verdadera felicidad. <<
[5] Heródoto, III, 83; Ótanes había propuesto sin éxito, en la discusión anterior sobre los regímenes políticos, la conveniencia de renunciar a la monarquía y adoptar la isonomía (la igualdad de derechos de todos los ciudadanos); cfr. Heródoto, III, 80, 2-6). <<
[6] Montaigne alude a De iure regni apud Scotos (1579) de George Buchanan (que fue profesor suyo en el Colegio de Guyena, véase I, 25, hacia el final), y a Apologia pro regibus (1581) de Adam Blackwood. El primer libro constituye un ataque a la monarquía absoluta; el segundo la defiende. <<
[7] Plutarco, Cómo distinguir a un adulador de un amigo, 16, 58e; La paz del alma, 12, 471f. <<
[8] Idem, Cómo distinguir a un adulador de un amigo, 16, 58e-f. <<
[9] Ilíada, V, 336-342; cfr. Plutarco, Conversaciones de sobremesa, 9, 4, 739b. <<
[10] Cfr. Tácito, Anales, II, 83 (el premio estaba en realidad dirigido a Germánico). <<
[11] Plutarco, Cómo distinguir a un adulador de un amigo, 9, 53c-d; 53f. <<
[12] Ibidem, 9, 54a. <<
[13] Ibidem, 14, 58a. <<
[14] Elio Esparciano, Adriano (en Historia Augusta), 15, 12-13. <<
[15] Macrobio, Saturnales, II, 4, 21. <<
[16] Plutarco, La paz del alma, 12, 471e. <<