[1] Tito Livio, XXVII, 48, 6 (a propósito de los galos). <<

[2] Virgilio, Eneida, VII, 742. <<

[3] Quinto Curcio, IV, 13, 25. <<

[4] Tácito, Anales, III, 43, 2 y 46, 3. <<

[5] Plutarco, Lúculo, 28, 2-4. <<

[6] Valerio Máximo, III, 7, 2; cfr. Plutarco, Máximas de romanos, 200a-b. <<

[7] Plutarco, Máximas de romanos, 201d. <<

[8] Cfr. Maquiavelo, Arte de la guerra, II, 3. <<

[9] Ariosto, Orlando Furioso, XII, 30, 1-6. <<

[10] Herodiano, IV, 7, 6. <<

[11] Cicerón, Tusculanas, II, 16, 37. <<

[12] Cfr. Plutarco, Mario, 13, 1. <<

[13] Idem, Máximas de romanos, 201c. <<

[14] (a-b) Ahora bien, porque me parece muy cercano al nuestro, he querido extraer este pasaje de su autor. En otro lugar me he esforzado en decir con gran amplitud lo que sabía sobre la comparación de nuestras armas con las armas romanas. Pero, como este fragmento de mis borradores me ha sido robado, con muchos otros, por un hombre que estaba a mi servicio, no le privaré del provecho que espera sacar —además me sería muy difícil masticar dos veces la misma carne. [Montaigne menciona también su interés por este tema en I, 48, y se refiere al robo de borradores al inicio de II, 37]. <<

[15] Amiano Marcelino, XXIV, 4, 15. <<

[16] Idem, XXIV, 6, 8; XXV, I, 12. <<

[17] Claudiano, Contra Rufino, II, 358-362. <<

[18] Plutarco, Demetrio, 21, 4-6. <<