[1] Este título es el único que aparece en letras mayúsculas en todas las ediciones de Los ensayos publicadas por Montaigne (y en la postuma de 1595). <<

[2] Se trata de Louise de La Béraudiére, que, a la muerte de su marido Louis de Estissac, en 1565, tuvo que pugnar para proteger la herencia de su hijo Charles. Éste acompañará a Montaigne en su viaje a Alemania e Italia. <<

[3] Los ensayos. <<

[4] Debe entenderse sin duda que Montaigne conoce bien la melancolía. Recuérdese el capítulo «La ociosidad» (I, 8), con sus comentarios sobre la agitación mental que sufrió en los primeros tiempos de su retiro. A propósito del daño que le produce la melancolía, el autor de Los ensayos anota en su Diario de viaje (a finales de marzo de 1581): «Nada es tan hostil a mi salud como el aburrimiento y la ociosidad; allí [en Roma] tenía siempre alguna ocupación, si no tan agradable como habría sido de desear, al menos suficiente para quitarme el aburrimiento… Todas estas distracciones me ocupaban bastante; en cuanto a la melancolía, que es mi muerte, y el pesar, no tenía ocasión alguna para ellos, ni dentro ni fuera de casa». <<

[5] Cfr. Plutarco, El amor o la prole, I, 493b; 4, 497c. <<

[6] Cfr. Aristóteles, Ética a Nicómaco, IX, 7, 1167b 16 - 1168a 27. <<

[7] La expresión, que evoca la servidumbre voluntaria de la que hablaba el joven La Boétie, aparece también en el capítulo «La amistad» (I, 27). <<

[8] Se refiere a la Gascuña. <<

[9] Aristóteles, Ética a Nicómaco, IV, 1, 1121b 14-15. <<

[10] Terencio, Adelfos, I, 1, 65-67. <<

[11] Leonor (1571-1616), la segunda hija de Montaigne, la única de las seis nacidas de su matrimonio que sobrevivió. <<

[12] Tito Livio, XXVIII, 28, 1. <<

[13] Cfr. B. Castiglione, El cortesano, IV. <<

[14] El 22 de septiembre de 1565 con Françoise de La Chassaigne (c. 1544-1627). <<

[15] Cfr. Aristóteles, Política, VII, 16, 1335a 29 (hacia los treinta y siete, dice Aristóteles). <<

[16] Platón, República, V, 460e - 461c. <<

[17] Diógenes Laercio, I, 26; Plutarco, Conversaciones de sobremesa, III, 6, 654b. <<

[18] Julio César, Guerra de las Galias, VI, 21 (pero en referencia a los germanos). <<

[19] Torquato Tasso, Jerusalén liberada, X, 39, 6-8. <<

[20] Paolo Giovio, Historia de su tiempo, I, 33. <<

[21] Platón, Leyes, VIII, 839e - 840a. <<

[22] Francisco López de Gómara, Historia general de las Indias, 47. <<

[23] Carlos V abdicó y se retiró al monasterio de Yuste en 1556, a los cincuenta y ocho años. Montaigne se refiere al retiro del emperador Diocleciano en I, 41. <<

[24] Horacio, Cartas, I, 1, 8-9. <<

[25] S. Guazzo, La civil conversatione, III. <<

[26] Cfr. ibidem. <<

[27] «Señor» en vez de «padre». <<

[28] Montaigne piensa quizá en la célebre sentencia «Oderint dum metuant» [Que me odien con tal de que me teman]; cfr. Cicerón, Los deberes, I, 28, 97; Séneca, La cólera, I, 20, 4; La clemencia, I, 12, 4 y II, 1, 2; Suetonio, Calígula, 30; Maquiavelo, El príncipe, 17; Erasmo, Adagios, II, 9, 62. <<

[29] Terendo, Adelfos, IV, 2, 548. <<

[30] Según nota manuscrita de Florimond de Raemond, Montaigne alude a Germain-Gaston de Foix (c. 1508-1591), marqués de Trans, poderoso vecino y protector de Montaigne. <<

[31] (b) sobre todo huraños y viejos. <<

[32] Cfr. Séneca, Cartas a Lucilio, 47, 5 (sin mención de Catón); Erasmo, Adagios, II, 3, 31. <<

[33] Variante c1 tachada: «Feliz tres y cuatro veces quien pueda fiar a una mano amiga su lastimosa vejez». <<

[34] (c1) un amigo, y hasta qué punto es algo distinto de estos lazos sociales <<

[35] Blaise de Monluc (1502-1577) fue un célebre militar gascón y católico, autor de unos Commentaires. Su hijo, conocido como el capitán Peyrot, murió en 1566. <<

[36] Variante c1 tachada: «Me dejaría fácilmente adormecer en la morada de una fantasía tan halagadora». [Montaigne alude a su amigo La Boétie, fallecido en 1563, con cierto acento petrarquista (cfr., por ejemplo, Canzoniere, 174, 12-13); véase el capítulo «La amistad» (I, 27)]. <<

[37] Julio César, Guerra de las Galias, VI, 18. <<

[38] Montaigne se refiere, según nota manuscrita de Florimond de Raemond, a François de Montmorency (1530-1579), hijo mayor del célebre condestable Anne de Montmorency (1492-1567), comparado en el capítulo II, 17 con el duque de Alba. <<

[39] Es decir, las sustituciones jurídicas en perjuicio de una heredera. <<

[40] Sobre la deformidad corporal, a propósito de Sócrates, véase el capítulo «La fisonomía» (III, 12). <<

[41] Platón, Leyes, XI, 922d - 923c. La inscripción délfica es el célebre «Conócete a ti mismo». <<

[42] (a-c1) me parece, no sé cómo, que en cualquier caso el dominio sobre los hombres no corresponde en absoluto a las mujeres <<

[43] La llamada ley sálica, que excluía a las mujeres de la sucesión en el trono (cfr. Jean Bodin, République, VI, 5). Tras la muerte en 1584 del duque de Αlençοn, su aplicación favorecía al protestante Enrique de Navarra, por lo cual era muy discutida. <<

[44] Heródoto, IV, 180, 5-6. <<

[45] Platón, Fedro, 258b-c (no se menciona a Minos sino a Darío). <<

[46] Heliodoro Emeseno fue autor de Las etiópicas, una novela helenística de amor y aventuras, que Jacques Amyot tradujo al francés (1547). Montaigne se refiere a esta obra también en II, 10 (sólo en las primeras ediciones). Según Nicéforo Calisto, Historia clesiástica, XII, 34, un sínodo puso a Heliodoro ante la alternativa de quemar su obra o renunciar a su obispado. <<

[47] Séneca el Rétor, Controversias, X, «Preámbulo», 4-5. <<

[48] Conviene, por otro lado, recordar que La servidumbre voluntaria de La Boétie fue víctima de esta misma suerte. En efecto, el 7 de mayo de 1579, una compilación de panfletos protestantes titulada Mémoires de l’Estat de France sous Charles Neuviesme (1576), que contenía en su tercer volumen la obra de La Boétie, fue quemada, por orden del Parlamento de Burdeos, ante su sede. <<

[49] Cfr. Tácito, Agrícola, 2, 1. <<

[50] Séneca el Rétor, Controversias, X, «Preámbulo», 8. <<

[51] Recuérdese el comentario de Tácito, Anales, III, 65: «Se tiene noticia de que Tiberio, cada vez que salía de la curia, solía decir en griego estas palabras: “¡Qué hombres más propensos a la esclavitud!”». Ciertamente, hasta él, que no quería las libertades públicas, sentía tedio por la despreciable sumisión de aquellos esclavos» (trad. C. López de Juan, Madrid, 1993). <<

[52] Tácito, Anales, IV, 34-35; cfr. Séneca, Consolación a Marcia, 22, 4-7. <<

[53] Tácito, Anales, XV, 70. Sus últimas palabras correspondieron, al parecer, a Farsalia, III, 637 y ss. <<

[54] Cfr. Cicerón, El bien y el mal supremos, II, 30, 96; Diógenes Laercio, X, 22. Montaigne cita esta carta en «La gloria» (II, 16). <<

[55] De hecho, san Agustín tuvo un hijo, según explica en Confesiones, IX, 6, una obra que Montaigne probablemente no leyó. <<

[56] Es decir, a Los ensayos. <<

[57] Aristóteles, Ética a Nicómaco, IX, 7, 1167b 34 - 1168a 2. <<

[58] Diodoro de Sicilia, XV, 13, 1-7; cfr. Valerio Máximo, III, 2, ext. 5. <<

[59] Ovidio, Metamorfosis, X, 283-284. <<